«Solo somos unos chavales haciendo música»

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

Plazoleta es una banda que huye de clichés y disfruta componiendo los temas que le gustaría oír

27 dic 2018 . Actualizado a las 17:29 h.

«Solo somos unos chavales haciendo música». Esta es, probablemente, una de las mejores declaraciones de intenciones de la historia. Los integrantes de Plazoleta la usan para explicarse como antes lo han hecho muchos otros. Algunos triunfaron. Otros no; pero aunque no lograsen su sueño, no habrá quien les quite aquellas tardes de primavera con baterías deconstruidas, guitarras de cuarta mano y un cantante enloquecido con su propia voz.

Volvamos al presente, a Plazoleta. La música nos pertenece a todos. Pero el derecho a explorarla es patrimonio de la juventud. Eso, hurgar en sus posibilidades creativas, es lo que pretenden hacer este puñado de rapaces de Vilagarcía. Rondan la veintena -unos por abajo, otros por arriba- y se han tomado en serio eso de hacer «música urbana». ¿Música urbana?. «Es difícil explicarlo. Es una mezcla de rap, hip hop... Buscamos ritmos más electrónicos y utilizamos beats libres», contestan ellos a la pregunta que no se llegó a formular.

No es reggeaton

Deben de estar acostumbrados a que se les incluya, por defecto, en el baúl del reggeaton. No es lo suyo, explican. Para empezar, por sus letras. «No vamos a hablar de drogas, de dinero y de mujeres, porque no queremos hablar de alguien que no somos. Hay gente que lo hace, pero a nosotros eso no nos gusta», explica Tomás Millán, T. Thomson cuando hablamos de música. Con él están en la Plazoleta Santiago Castro, Sherinn; Pablo Brun, Pabblou; Carlos Mollinedo, Charly; Diego Falcón, Diegxs; Víctor Narduzzi, Slum; Adrián López, Freshbacon y Daniel Ansias Fuckdanny.

Cada uno de ellos se siente, dentro del grupo, como una pieza de un puzle. Una individualidad que encaja a la perfección con las demás, aportando algo al conjunto: unos aportan letras, voces; otros, el estudio de grabación y el talento para registrar los temas de la mejor manera posible; otros los vídeos, esas pequeñas películas llamadas a correr por la Red como locas. Supongo, pienso mientras los escucho hablar, que los grupos del futuro serán así. Equipos multidisciplinares, un sumatorio de talentos, una creación cooperativa y no competitiva, en la que el estudio de Plazoleta se abre para todo aquel que tenga algo que decir cantando.

Creatividad cooperativa

Ellos lo tienen claro. El trabajo en equipo es lo que les ha permitido, en los últimos meses, explorar sus cualidades de forma conjunta. En un año que califican como el del «bum de la música urbana en Vilagarcía», Plazoleta ha trabajado duro en el estudio. Haciendo pruebas, siguiendo tutoriales de Youtube, haciendo más pruebas... «Los primeros temas eran un auténtico desastre, pero nos ayudaron a coger un poco de experiencia», cuenta Sherinn. «Y conseguimos que suene bien», dice mirando a sus compañeros, que asienten con orgullo.

A mí, que paso de los cuarenta, se me hace difícil entender un grupo de música sin guitarras, sin batería, sin bajo. Es una tara generacional que ellos admiten sin problema. A sus padres, me dicen, también les resulta raro. Pero ellos quieren hacer «la música que nos gustaría escuchar». Y aunque los clásicos del rock nunca morirán, tampoco en sus corazones, ahora las cosas llevan un camino diferente: es la hora de los beats, y del autotune. Los beats son bases rítmicas que circulan por la Red para que, quien las quiera, las coja. «Nosotros aspiramos a acabar haciendo las nuestras, para que sea todo, al cien por cien, hecho por nosotros», explican. El autotune, es un procesador de audio creado para enmascarar errores de la voz. «Pero nosotros ya no lo vemos así», explican los chicos de Plazoleta. «Nosotros lo entendemos como una herramienta más». Puede sonar raro. ¿Pero acaso Jimmy Hendrix no convirtió el amplificador en una prolongación de su guitarra?

Empatía

Reconozco que, por un instante, he perdido el hilo de la conversación. Me ha distraído algo en la voz de estos chavales: puede que hayan cambiado los ritmos, los instrumentos, los sonidos. Pero en este grupo de veinteañeros, que esperan protagonizar el año que viene un desembarco masivo en Vigo para hacer ciclos de audiovisuales, se detecta esa pasión sin la que el artista no es nadie. No se si llegarán a cumplir su sueño de «hacer un tema con Ducky», pero parece que van directos a por el otro: «Sacar temas que la gente quiera escuchar, conseguir que empaticen contigo».

En Youtube, Loco, una de las canciones de T. Thompson alcanza ya las 13.000 visualizaciones, encabezando la lista de temas que Plazoleta considera con calidad suficiente para salir a la Red con su nombre -muchos temas están en el tintero, esperando que la ida original sea pulida para salir a la luz-. Porque los estándares de este grupo vilagarciano son exigentes. «Todo lo que hacemos lleva mucho trabajo detrás. Queremos sonar lo mejor posible, y que al escucharnos la gente piense: ‘Estos chavales van en serio’». Y es que van en serio. Si les dan una oportunidad, podrán comprobarlo. Descubrirá que, simplemente, son unos chavales de hoy haciendo música de hoy para la gente de hoy.