¿Quién sembró treinta halógenos en Ravella?

Serxio González Souto
SERXIO GONZÁLEZ VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

La Policía Local investiga el hallazgo de varias decenas de elementos luminosos entre los setos del jardín

06 dic 2018 . Actualizado a las 20:09 h.

La nómina de misteriosas ocurrencias que tienen su desarrollo en Vilagarcía sumó ayer una nueva entrada, con el extraño hallazgo con el que una patrulla de la Policía Local se topó ayer, a mediodía, en plenos jardines de Ravella. Alertados por un vecino de la zona, los agentes comprobaron que, distribuidos entre los setos inmediatos al parque infantil y los árboles que los flanquean, se encontraban una treintena de lámparas halógenas con su correspondiente cableado. Lo que hacían allí nadie se lo explica. Ni los agentes ni los miembros del servicio municipal de Emerxencias e Protección Civil que acudieron a recoger el material.

«Non temos nin idea», reconocía uno de los operarios a pie de obra, poco después de retirar los focos, mientras un vecino apuntaba una sospecha: «Hay un chaval que vive ahí enfrente y nos trae de cabeza, porque le da por escupir a la gente y tirar colillas a quienes pasan por la calle. Hace unos días se llevó una moto y la dejó tirada en medio del parque». Si este particular sembrado eléctrico tiene algo que ver o no con las andanzas de este joven será la Policía Local, que trata de averiguar de dónde han salido los halógenos, la que lo determine. Sea como fuere, no parece extraño que las piezas procedan de algún hurto que no dio el fruto apetecido. Al fin y al cabo, este tipo de tecnología lumínica se encuentra al borde de la extinción, después de que la Unión Europea la haya condenado a ser sustituida por sistemas más eficientes y sostenibles desde el punto de vista ambiental. Las últimas supervivientes de esta familia son las bombillas, que pronto dejarán también de fabricarse.

En tanto la policía no llegue a una conclusión, los focos permanecerán a buen recaudo en dependencias municipales. «Que los hayan metido en los setos no lo entiendo, no lo entiendo», repite el vecino mientras se aleja.