Carmela Silva: «Las mujeres somos la mitad de la sociedad y queremos la mitad de todo»

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Ramón Leiro

La presidenta de la Diputación considera que cualquier política con poder debe emplearlo «para visibilizar a todas las mujeres»

22 nov 2018 . Actualizado a las 23:49 h.

Tiene claro que en pleno siglo XXI en la política, al igual que en otros ámbitos, hay «una gran desigualdad y a los datos me remito. Todavía no somos el 50 % en el Parlamento del Estado, ni en el Congreso, ni el Senado; estamos por debajo del 40 % en la representación a nivel de los parlamentos de comunidades autónomas; el número de alcaldesas es bajísimo, ronda en torno al 30 %; y, por lo tanto, hay todavía una gran infrarrepresentación de mujeres y eso que es el ámbito de la acción pública donde estamos más representadas. Si luego bajamos a actividades humanas y profesiones, los datos son peores. Y eso teniendo en cuenta que somos el 52 % de la población y el 57 % de las tituladas universitarias son mujeres. Hay algo que no coincide». Carmela Silva (Vigo, 1960), presidenta de la Diputación de Pontevedra, será una de las protagonistas este jueves en el ForoVoz que, con el título de Mulleres pioneiras, organiza La Voz en el Salón García de Vilagarcía de Arousa.

-Desde un cargo como el suyo, ¿cómo se afronta este reto?

-Lo tengo muy claro y lo dije el primer día. Cuando las mujeres llegan a cualquier lugar donde tienen capacidad de decidir, con ellas tienen que llegar todas las mujeres. No sirve el discurso de hay una presidenta de la Diputación, hay una portavoz en el Congreso o hay una alcaldesa de una ciudad muy importante. No, con las mujeres tienen que llegar todas las mujeres y, por tanto, hay que convertir tu capacidad para poder ejercer el poder en un instrumento para visibilizar a todas las mujeres. En la Diputación podemos afirmar con humildad, pero con mucho orgullo, que las mujeres son una prioridad y que somos una referencia en la lucha por la igualdad. Al mismo tiempo, tenemos que convertirnos en referencia del discurso para permitir que las mujeres ocupen todos los espacios. ¿Y a qué niveles? La mitad. Somos la mitad y queremos la mitad de todo.

-¿Y cómo se logra esto?

-Poniendo en marcha muchos proyectos y nosotros lo hemos hecho, tanto en la lucha contra la violencia machista como en la visibilización de las mujeres en todos los campos. Pero también participando activamente con todas las redes de mujeres para generar proyectos comunes. Y desde luego, exigiéndole a los gobiernos del Estado y de la Xunta que pongan en marcha iniciativas que permitan romper con la desigualdad: abrir el debate sobre los horarios, que creo que es urgente; la lucha contra la brecha salarial, que es un escándalo; la necesidad de que se elaboren encuestas donde se vea la posición de la mujer por que conocer la realidad ayuda a que se tomen decisiones en esos entornos; plantear la necesidad de que las leyes tienen que establecer que las mujeres tenemos que estar en el 50 %, ya sea a nivel de lo público o de lo privado.

-¿Se pueden explicar los exabruptos y las críticas a las políticas que inciden en la igualdad?

-Los exabruptos contra las mujeres son en todos los ámbitos, no solo a las que somos feministas y defendemos la igualdad. Cuando se nos quiere descalificar siempre se utilizan unos calificativos solamente dirigidos a las mujeres. También los insultos y las descalificaciones son de género. Se pueden explicar porque todavía hay muchas mentes donde la igualdad no ha llegado y donde hay una misoginia clara que identifica a la persona que emplea esas descalificaciones de género. Las mujeres en la política lo sufrimos en primera persona. No es solo mi caso. Le ha pasado a Irene Montero, a Carmen Calvo, a Inés Arrimadas... Sin distinción del grupo político en el que militemos porque es una cuestión de género. Creo que este tipo de exabruptos tendrían que tener la respuesta inmediata de los partidos expulsando a este tipo de hombres que hacen estas descalificaciones. Desgraciadamente, no ocurre así.

«El siglo XXI va a ser el siglo de las mujeres»

Carmela Silva no duda en definirse como feminista porque «ser feminista en el siglo XXI es defender la filosofía más relevante que ha habido nunca en la historia. Es muy sencilla, es la lucha por la igualdad, que mujeres y hombres tengamos la misma representatividad, las mismas oportunidades y que nos podamos dedicar a todas las actividades del ser humano. Reivindico para las mujeres que podamos acceder a los puestos de decisión y poder y que los hombres se dediquen a los cuidados. No hay filosofía más justa. Tiene como objetivo que vivamos en un mundo más felices».

-Hay quien sigue delimitando el feminismo a las mujeres...

-Hay hombres feministas y, además, muy representativos. Defienden ese nuevo mundo, un cambio del sistema. Se me llena la boca de orgullo cuando me califico de feminista. El 8M quedó claro que hay muchísimas mujeres, pero también quedó claro que hay muchos hombres.

-¿Es optimista?

-El siglo XXI va a ser el siglo de las mujeres, que es imparable esta defensa de la igualdad. No solamente está ocurriendo en Europa, en esta parte del mundo que siempre se ha identificado con la defensa de los derechos y no hay derecho más potente que el de la igualdad, sino que está ocurriendo en África, en Asia... y está ocurriendo en todos los ámbitos donde las mujeres están presentes. Soy muy optimista. Es más, creo que con pesimismo el mundo no se puede cambiar.

«Somos la gran referencia en la lucha por la igualdad en Galicia»

Reconoce que tomó la decisión de dar el salto a la política siendo «muy jovencita, 12 años». Carmela Silva nació en El Calvario, «donde fue un antiguo ayuntamiento, el de Lavadores, que dejó de serlo por una represalia política después de la Guerra Civil porque fue leal a la República, fue leal al sistema que nos habíamos dado todos, a la legalidad».

-¿Qué ambiente se respiraba?

-El ambiente era muy fuerte a nivel político. Aquella zona era conocido como la Rusia chiquita. También descubrí muy rápido las injusticias. Nací en los 60 y el mundo era muy desigual, los trabajadores no tenían derechos y la gente era muy humilde, les faltaba de todo. De ese ambiente germinó en mí ese deseo de cambiar. Los únicos instrumentos para cambiar el mundo son la política y la democracia.

-En toda su trayectoria, me imagino que habrá observado cambios en positivo.

-Sí, claro. La igualdad tiene mucho que ver con la democracia. Las dictaduras siempre atacan particularmente a la igualdad y a las mujeres las quieren situar en el mundo de lo privado para mantener el sistema patriarcal, que es donde se sienten cómodas las dictaduras, los fascismos... A partir de 1978 llegó la democracia y con ella que las mujeres se volvieran a organizar para reclamar sus derechos. Ha habido cambios trascendentales. Hemos pasado de reivindicar la discriminación positiva a reclamar la paridad y a tener una Ley de Igualdad... Aún recuerdo que mi madre no tenía pasaporte. Pero queda muchísimo por avanzar.

-Ese es uno de los retos que asumió al llegar a la presidencia de la Diputación de Pontevedra. ¿Qué políticas se han impulsado?

-En primer lugar, crear un área de Igualdade. La igualdad era algo que no formaba parte del pensamiento del anterior gobierno. Creamos la Escuela de Igualdad María Vinyals, donde han participado mujeres referente de toda Galicia y España. Hemos puesto en marcha proyectos que tienen que ver con identificar a mujeres en diferentes ámbitos para que puedan estar visibles, pero también trabajamos en el sector primario creando redes en ámbitos como la pesca, la ganadería y la agricultura, creamos premios con la Universidade para que la perspectiva de género esté presente. Tenemos el proyecto Mujeres en acción: violencia zero, aprobamos un Plan de Igualdad, tenemos un protocolo contra el acoso laboral... Hemos puesto en marcha decenas de iniciativas. Somos la gran referencia en la lucha por la igualdad en Galicia.