La solidaridad crece mejor bajo un buen bigote

Serxio González Souto
Serxio González VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

Un joven barbero organiza una fiesta de música y sorteos para llamar la atención sobre el cáncer de próstata

05 nov 2021 . Actualizado a las 21:25 h.

Desde los tugurios del salvaje oeste a las bulliciosas calles de Nueva Deli, el barbero ha sido siempre una figura interesante. A punto de naufragar bajo el empuje de las peluquerías femeninas, las barberías, por definición establecimientos de corte masculino, han sabido recuperar el pulso. Están de moda desde hace años. En Vilagarcía abre sus puertas Mike Barber Shop, un local que, por poner, le ha puesto nombre incluso a su propietario. Miguel Rodríguez es Mike Barber, no le den más vueltas. Nadie lo conocerá por otro nombre en este mundillo del aseo y los afeites. El caso es que Mike quiere aprovechar a fondo Movember, el movimiento que nació en Australia hace cosa de quince años y consiste en dejarse crecer el bigote durante el mes de noviembre (Movember = moustache + november, todo en inglés del bueno) para llamar la atención sobre los problemas de salud del hombre, tales como los cánceres de próstata o testículos.

Mike ha organizado un auténtico festival en colaboración con sus amigos. De música, que se desplegará el sábado, en el pub A Musaraña. Y de regalos, porque cualquiera que acuda a su barbería y deposite un donativo a favor de la lucha contra este tipo de males -«da igual que sea un céntimo o lo que cada uno quiera»- participará en el sorteo de una cena para dos personas en el Taller del Olvido, una sudadera de Leg3nd, un tatuaje en Gerar Tatoo, una sesión en el spa urbano Arrullos del Agua y un lote de productos. Ya en la propia fiesta, a la que Pablo Balseiro imprimirá banda sonora, se dispondrá un photocall y toda consumición recibirá un número para optar a una camiseta de Madison Av. o de LaNatcha, y un vale por cincuenta euros en la tienda Retro Rocket Vintage.

Desde que hizo girar por primera vez sus dos sillones de barbero, hace año y medio, a Mike las cosas le han ido bien en su establecimiento de Conde Vallellano. Así que quiere convertir una parte de esa buena energía en conciencia y solidaridad. Que conste que en su barbería no solo entran chicos. «No son muchas, pero también tengo clientas, chicas a las que le gusta el pelo corto, afeitado con máquina». Las técnicas, explica nuestro joven rasurador (tiene 28 años), han cambiado bastante en la peluquería aplicada al hombre. «La navaja prácticamente se ha perdido desde que llegaron las nuevas máquinas que tenemos ahora, el fade de los degradados, las shavers...». Aquí, por lo demás, cruza la puerta gente de todas las edades, aunque el grueso de su clientela se distribuye entre los veinte y los cuarenta años.

¿Qué hay del hombre? ¿También han cambiado sus hábitos estéticos? «Mucho, yo he trabajado también en peluquería de mujer y me atrevería a decir que el hombre se cuida incluso más, creo que hoy la sobrepasa; tengo clientes que vienen a cortarse el pelo todas las semanas».

¿Y el bigote? Hablamos de un bigote solitario, no de la barba, de ese bigote que se asociaba con determinados oficios, como el de policía ¿Triunfa también? «En Madrid o Barcelona está de moda desde hace un par de años, puedes ver a chavales de veinte años con su bigote, pero aquí todavía no». Mike cree que el personal, en un lugar relativamente pequeño como la capital arousana, ve un bigote y se acuerda de su abuelo, de alguien mayor. «Estamos demasiado pendientes de lo que piensan los demás y es una tontería, cada uno debe hacer lo que le apetezca», sentencia. Además, qué demonios, un bigote llama la atención bastante más que un lazo. La solidaridad crece mejor con un buen bigote. Movember ha llegado.