Así son las entrañas del balneario de A Compostela

a. garrido / s. gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

En un curioso equilibrio, el espacio está relativamente ordenado pese a la basura que guarda.

13 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

No supone ninguna hazaña entra en el balneario de Vilagarcía. No aparece en su puerta un cartel de pasen y vean, pero poco menos. Ni siquiera hay que agacharse para penetrar en su interior. Lo pude hacer cualquier persona. Un niño, con su curiosidad de la mano, también. Sin mayores problemas. La entrada está franca, pese a que el sábado por la noche murió en su interior una persona sin hogar que allí pasaba sus noches.

Por lo que se puede ver una vez que se accede a las entrañas del balneario es un lugar concurrido, pero no parece que tenga mayores aglomeraciones. De hecho, sorprende tanto que el hedor que suelen guardar este tipo de estancias desocupadas de día y okupadas de noche no aparezca, como el aparente orden que hay dentro. Es verdad que es un espacio enorme, diáfano y donde hay sitio para cualquier cosa, pero en algunas zonas da hasta la impresión de que haya sido barrido. Hay lugares donde se acumula la basura, es verdad, pero no es todavía el lugar un vertedero descontrolado. El sitio donde más desperdicios hay es en el hueco entre la planta principal y la superior y un lugar pegado a la cristalera que está más cercana a la playa en la que sí hay una notable cantidad de restos de todo tipo.

Por no haber, no hay ni siquiera demasiados cartones de vino o litronas de cerveza vacíos. Nos llegarían los dedos de las manos para contarlos. Y podemos incluir la botella de Torres que está en una de las cornisas. El lugar también de la impresión de que ejerce, o ha ejercido, como almacén del Concello. Un tablero de una canasta y varias puertas de madera allí apelotonadas no entienden otro origen.

¿Cuál es ahora la situación del balneario? Lleva cerrado alrededor de tres lustros y con varios frentes judiciales abiertos, que han conseguido que un edificio emblemático sea prácticamente una ruina.

El rescate del balneario ya está liquidado y el primer paso para el desbloqueo se dio en el mes de mayo del año pasado, cuando el Servicio de Costas accedió a una petición del alcalde para su desafección. A partir de ahí, y para evitar más embrollos judiciales, se decidió que Ravella pagar 16.380 euros por la enajenación de los 64 metros cuadrados del balcón.

Eso ya debería estar también solventado, con lo que solamente quedaría un último trámite para que los vilagarcianos pudieran recuperar un espacio tan espectacular como infrautilizado. Se trata de encontrar el dinero, y el proyecto, adecuados para el lugar. Sobre esto han habido propuestas de todo tipo en los últimos años. Una de los más sonados fue la de la creación de una escuela-taller centrada en diferentes especialidades de hostelería. La lanzó el bipartito PSOE-BNG que gobernaba Vilagarcía en el año 2010. La paró la Xunta, que no concedió a Vilagarcía su creación. Ocho años después, las registradores siguen vacías sobre el cemento del balneario.