Sara Gómez, de apuntar a canasta a posar sonriente ante la cámara

VILAGARCÍA DE AROUSA

cedida

La capitana del Cortegada se estrena como modelo de ropa para una tienda, y tanto le ha gustado, que está por repetir. "La gente tiene de Sara la imagen de una deportista seria, y tímida. Pero detrás hay una persona súper divertida. Te mira al objetivo, y te está contando cosas", dice su fotógrafo, Rafa Sabugueiro

03 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Estamos habituados a ver a Sara con su chándal y su pelo recogido. La gente va a conocer a otra Sara». Y Rafa Sabugueiro sabe de lo que habla. No en vano, él fue la persona que llevó a la capitana del Cortegada a estrenar una nueva faceta en su vida, cuyo recorrido, mirado lo visto, y escuchado lo oído, podría acabar yendo más allá de una nota de color a pie de página en el currículo de la vilagarciana. El pasado martes Sara Gómez, deportista modelo, se desprendía de esa timidez que refleja delante de las luces largas para ponerse bajo el foco de la cámara de Sabugueiro en su primera experiencia como modelo. Posando durante dos horas nada menos que en la calle central de la capitala arousana, Rey Daviña, para conseguir las 90 imágenes profesionales con las que la tienda 4Estaciones en Vilagarcía elaborará el book promocional de su nueva colección de ropa y complementos. Los resultados fueron sorprendentes, nos cuentan una y otro, hasta el punto de que la cosa apunta a un prometedor continuará. 

«Fue todo muy rápido. Me lo propuso el lunes. Ese mismo día fui a probar la ropa, y al día siguiente estaba en Rey Daviña para las fotos», recordaba ayer Sara Gómez en la víspera de su próximo partido con el Cortegada. La mejor jugadora arousana de baloncesto de la historia cuenta que «simplemente me llamó Rafa Sabugueiro, y me dijo si me apetecía la experiencia. No es que tuviera ganas de algo así. Pero como era Rafa, y lo conocía, dije ‘¡Venga! Pensé que solo eran unas fotos».

Lógicamente, con tres lustros de carrera profesional en el mundo de la canasta a la espalda, la base-escolta estaba más que curtida en eso de posar para las cámaras. Pero de los medios de comunicación, como parte de reportajes o entrevistas enfocadas a su faceta deportiva. Lo más parecido a lo hecho el pasado martes, relata, fue cuando hace casi ocho años posó para un suplemento de moda de un periódico bajo el titular ‘Sara Gómez, en clave low chic’ en la plaza de abastos, «pero con mi ropa», resalta; y sin tener que pasar una sola vez por otro vestidor después de salir de casa. «No era como esto», dice.

¿Y cómo fue esto? «Fuí a la tienda la tarde anterior a probarme la ropa, por tema de tallas y modelos», comienza Sara. Y a la mañana siguiente, continúa, «estuvimos dos horitas cambiando de ropa. La verdad es que me lo pasé muy bien», confiesa. Algo que le agradece también a «Caridad, una chica de la tienda. Me ayudó mucho. Me hacía reír. Gracias a ella salí más natural. A mí no me sale ponerme delante de una cámara y reír, y ella me ayudó a que lo hiciera de manera natural», como ya han refrendado el más de centenar de personas que han reaccionado entre la sorpresa y la felicitación a las fotos del book que la baloncestista ha colgado esta semana en sus cuentas en redes sociales. 

El «palo» de posar en público

Le preguntamos qué es lo que más le gustó de la experiencia, y Sara nos contesta dándole la vuelta a la cuestión: «Te voy a decir lo que menos me gustó, estar por allí, por Rey Daviña, con gente pasando viéndome vestida así mientras me hacían fotos. Esas cosas me dan mucho palo. Yo siempre voy en chándal, y no es muy normal verme por Vilagarcía con tacones y toda maquillada. Lo bueno de que lloviese es que pasó menos gente», dice una Sara a la que escuchamos carcajeando varias veces durante la conversación sobre su estreno como modelo.

Al otro lado de la cámara, Rafa Sabugueiro resalta esa capacidad de la capitana del Cortegada para cumplir ante la cámara pese a las miradas de los viandantes como una prueba más del éxito de su elección. «Normalmente hago las colecciones de ropa con modelos. Esta vez le propuse a 4Estaciones hacerlo con Sara por varias razones. Porque es una chica guapa, porque tiene estilo, porque es femenina, por su sonrisa y porque daba bien para el tipo de ropa con el que trabajábamos». A ello, añade, «Sara es una imagen de Vilagarcía. Pensé en su impacto para una tienda de Vilagarcía». Y tiró de «la amistad que tengo con ella».

En el papel en quince minutos

Con tanto buen ingrediente en la coctelera, quedaba con todo la incógnita de saber si la mezcla en alguien sin experiencia en este tipo de posado fotográfico daría en un gran combinado. «Al principio no sabía cómo ponerse, no está habituada. Yo le di unas directrices. Le dije que se sintiese cómoda, que jugase con la ropa, que reflejase en su cara y en sus gestos que la ropa le gustaba y le hacía sentirse bien. Y a los quince minutos ya había pillado la idea de lo que le pedía. Transmitía frescura», subraya el fotógrafo profesional.

«Me quedé súper sorprendido, y agradecido», dice Rafa Sabugueiro del trabajo de Sara Gómez delante de la cámara. «La gente», opina, «tiene de Sara la imagen de una deportista tímida, seria, comprometida. Pero detrás», desvela, «hay esa otra persona súper divertida. Sin querer, la hemos descubierto. La gente se preguntará ‘¿Esta es Sara?’ Sí, es Sara».

«Te mira a la cámara, y te está contando cosas»

Las felicitaciones a través de las redes sociales, y la satisfacción de la propietaria de 4Estaciones por el resultado del trabajo trasladada a Rafa Sabugueiro son la mayor recompensa para Sara Gómez. Y si bien declara que «no me veo yo como modelo; voy un poco tarde», la jugadora de baloncesto deja abiertas de par en par las puertas para otra parecida: «La verdad es que me lo pasé bien. Me gustaría repetir. No le diría que no a otra. Si es Rafa el fotógrafo, que tengo confianza», dice riendo.

El aludido, que lleva años viviendo de esto con su cámara, cuenta que «ya le he dicho que quiero contar con ella para futuros proyectos. A mí me ha fascinado. Me ha resuelto mi trabajo. Sara tiene una mirada súper bonita. Te mira a la cámara, y te está contando cosas. Es un camino que puede empezar, ¿y quién sabe?».