La vuelta a la Liga Femenina en 206 días abre su embarque

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

El Cortegada debutará mañana sábado en el campeonato regular de la LF2, de nuevo entre los aspirantes al salto a la élite española

05 oct 2018 . Actualizado a las 11:35 h.

La Liga Femenina 2 se apresta a alzar mañana el telón de su edición 2018/19. Una temporada que para 20 de los 28 equipos divididos en las dos conferencias de la categoría de plata del baloncesto femenino profesional español concluirá el 13 de abril del 2019. Los ocho restantes se habrán ganado para entonces un billete para la fase de ascenso. Ese formato mixto de liguilla y dos finales del que, el día 29 de abril del 2019, saldrán los nombres de los dos equipos que cierren su pasaje a la Liga Día (LF) tras un viaje de 206 días con 26 escalas regulares y cuatro vuelos chárter. En él se embarcará mañana la Agrupación Deportiva Cortegada con el pitido de inicio de su duelo en el Pabellón Municipal de Fontecarmoa con el Celta Zorka, nada menos que el vigente campeón de la conferencia A.

Dirigido por sexta temporada consecutiva por Rubén Domínguez, el Cortegada volverá a partir un año más entre los más firmes candidatos a ocupar plaza en la fase de ascenso, y emular a un Durán Maquinaria Ensino que en primavera recuperaba su lugar en la Liga Femenina, donde hace una década se codeaban ambos equipos junto al Celta.

Con los dos recién descendidos de la Liga Día, el Campus Promete y el Movistar Estudiantes, encuadrados en la conferencia B, sobre el papel el Patatas Hijolusa de León y el Ibaizabal de Galdakao, Vizcaya, se presentan con el equipo vigués como principales rivales del conjunto vilagarciano.

Para llegar a donde no fue capaz de acceder el pasado curso, y desquitarse de aquel negro final en León frente al Movistar Estudiantes en la primavera del 2017 con la afición arousana acariciando ya el regreso a la Liga Femenina, la directiva y el cuerpo técnico del Cortegada le han dado una vuelta de tuerca a la plantilla. Con pocas caras nuevas y un perfil tan distinto. El plantel de Rubén Domínguez pierde profundidad de banquillo, pero eleva la calidad y potencia de su quinteto tipo, cuyas integrantes están llamadas a absorber la mayoría de los minutos de juego cuando se trate de enfrentarse a los adversarios directos por un puesto en la fase de ascenso.

Así, el club apostó fuerte por dos jugadoras diferenciales en la pintura. Ambas internacionales. La ala-pívot brasileña de 23 años Izabella Sangalli, con un gran talento para el juego del cuatro abierto que exige el baloncesto actual, y una alta capacidad de anotación. Y la pívot británica Hannah Shaw, que con 28 años aporta experiencia a una plantilla demasiado joven a excepción de Sara Gómez; y sobre todo, la figura de esa cinco dominante en ambos aros, ya no solo por su capacidad reboteadora, sino por su presencia física tanto por volumen como por algo todavía más importante, el conocimiento del juego y la inteligencia posicional. Juntas, Sangalli y Shaw mejoran con mucho sobre el papel a la pareja Balic-Syll de las dos últimas temporadas.

Tras volcarse en ambos fichajes, la capacidad económica del Cortegada no ha dado para incorporar una base experimentada que supliese el nuevo adiós, este sí parece definitivo, de la canterana Alejandra Nogueira, de vuelta al equipo tras la salida en enero de una ausente Belén Mejías tan importante en el juego del equipo el curso anterior. Así las cosas, Sara Gómez completa su reconversión de escolta a base, generando un efecto dominó que reconvierte a Salomé de alero en escolta, y a Cris Loureiro de ala-pívot en la tres del equipo.

Las canteranas Lorena Castro, a la que le queda un mes de recuperación de una lesión arrastrada de la temporada anterior, Míriam García y Andrea Ríos son el corto fondo de armario, potencial talón de Aquiles del Cortegada. Este año sin la prometedora pívot valguesa Antía Varela, Rubén Domínguez deberá exprimir las cualidades de las cuatro juveniles que trabajan en la dinámica de la primera plantilla, Nerea, Irene, Yéssica y Sofía, para paliar el limitado capítulo de recursos humanos. La gran imagen ofrecida por el Cortegada en la Copa Galicia, sobre todo en su semifinal ante el Baxi Ferrol de LF, invita a soñar.