Más cerca de lo que parece

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

Vilagarcía dispone de una creciente bolsa de aparcamientos disuasorios alrededor del casco urbano; la mayoría de ellos, a menos de diez minutos de la plaza de Galicia

30 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Habrá a quien le guste más y a quien le guste menos. Pero lo que es indiscutible es que el mandato del socialista Alberto Varela va a cambiar radicalmente la imagen de Vilagarcía. El ejecutivo local defiende a capa y espada su modelo de ciudad, basado, dicen, en apartar el tráfico del centro urbano y ganar espacios para las personas. Desde las filas de la oposición, el PP capitaliza el rechazo que los cambios acometidos han generado en parte de la ciudadanía. Se quejan los populares del colapso viario en el que se ven atrapados los conductores que llegan a la capital arousana y de todos los problemas derivados de unas peatonalizaciones hechas, señalan, sin previsión.

La destrucción de plazas de aparcamiento y los problemas para dejar el coche en la capital arousana constituyen uno de los argumentos recurrentes de los detractores del modelo de Ravella. Ciertamente, el cierre al tráfico de algunas calles ha llevado aparejada la desaparición de estacionamiento. Cuando se peatonalice la plaza de la Independencia, volverá a ocurrir: desaparecerán un puñado de plazas de zona azul. Esa es una realidad innegable. Pero Ravella ha introducido un elemento corrector que suaviza el problema del aparcamiento: la red de párkings disuasorios que se ha creado alrededor del centro urbano para facilitar, precisamente, que quienes tienen que usar el automóvil tengan dónde dejarlo.

En octubre de 2016, el equipo de Varela anunciaba su intención de rodear el centro con 1.500 plazas gratuitas de aparcamiento. A estas alturas, esa cifra se ha superado con claridad. En los últimos meses, a golpe de convenios con particulares, han ido naciendo aparcamientos gratuitos en A Escardia, la avenida de Cambados (en la entrada de O Piñeiriño), Marxión o el barrio de Os Duráns. Todos ellos, comparten con los párkings gratuitos de Fexdega, la TIR y O Ramal, la vocación de disuadir a los conductores de adentrarse en el casco urbano de la ciudad al volante.

Puede que aún haya que crear más zonas de aparcamiento disuasorio. En una localidad en la que hay censados 18.837 turismos, 3.165 motos y 1.128 camiones, y que atrae cada día a gente que acude hasta el casco urbano para trabajar, comprar, hacer gestiones o simplemente disfrutar del día, las plazas de estacionamiento nunca van a estar de más. Sin embargo, haberlas, haylas. Aunque algunas, como las situadas en la parte posterior de Fexdega, o en el nuevo párking de Os Duráns, o en la avenida de Cambados, no siempre se ocupen. Vilagarcía aún necesita tomar conciencia de sus dimensiones reales; asumir que en la capital arousana, las distancias que cubrir a pie son más mentales que reales.

Distancias distorsionadas

Son esas distancias distorsionadas las que hacen que haya conductores que desechen la idea de estacionar sus coches en aparcamientos como el situado detrás de Fexdega, o en la avenida de Cambados. Pueden parecer muy alejados del centro, pero en realidad no quedan a más de unos minutos del corazón de la capital arousana. Quien aparque tras el recinto ferial no tardará más de nueve minutos en situarse junto a la famosa fuente de la plaza de Galicia. En realidad, solo son dos minutos más que desde A Escardia, donde los dos aparcamientos disuasorios suelen estar al completo.

También ha sido un éxito la bolsa de estacionamiento abierta en Marxión, subiendo los jardines del Doutor Fleming. Aunque por la tarde es relativamente fácil dejar allí el coche, por la mañana puede encontrarse el conductor sin plaza. No es de extrañar. Es un punto apetecible: está a tan solo cuatro minutos a pie de la plaza de Galicia. Claro que, si allí no encuentra sitio, tiene cerca el conductor otra buena solución: el nuevo párking disuasorio de Os Duráns. El menos conocido de los disuasorios parece también distante del casco urbano. Pero bastan ocho minutos para recorrer la distancia que lo separa de la plaza que hemos tomado como referencia.

La ciudad ha de tomar conciencia de sus dimensiones; los párkings no están lejos del centro

Mejorar la señalización de los párkings para facilitar su uso a vecinos y visitantes

Anuncia Ravella que la lista de nuevas zonas de aparcamiento gratuito en la capital arousana aún no está cerrada, que pronto se producirán incorporaciones. Evidentemente, no todas las bolsas tienen la vocación de dar servicio al casco urbano. La gran explanada abierta al fondo del barrio de O Piñeiriño, por ejemplo, es utilizada mayoritariamente por los vecinos de este populoso barrio, por los padres que acuden con sus retoños al colegio situado junto a él, o por los usuarios de los complejos deportivos existentes en la zona, además de por los vecinos de un barrio que no tiene muchos lugares para dejar los coches. El aparcamiento inaugurado hace meses en Carril está pensado para aliviar el problema del tráfico en esa villa vilagarciana, en la que dejar el coche puede resultar harto complicado, sobe todo en verano.

Aunque satisfecha por los pasos que se han dado para abrir zonas de estacionamiento gratuito, la concejala de Urbanismo, Paola María, es consciente de que aún hay mucho margen para la mejora. Además de proyectar nuevos espacios, dice, hay que dar a conocer los que ya existen, ya que en algunos casos su presencia pasa desapercibida para quienes no saben de su ubicación. Señalizar los aparcamientos disuasorios y marcar el camino hacia ellos en los puntos clave de la ciudad es uno de los proyectos a los que se quiere dar forma para conseguir explotar sus potencialidades al cien por ciento.