Compras de terreno indican que el poblado de Berdón, en Vilagarcía, sigue creciendo

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

cedida

Pequeñas parcelas rústicas cambian de manos pese a la prohibición de construir. Hay sesenta familias y tres chabolas con orden de derribo

22 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vecinos de Trabanca-Badiña levantaron ayer la voz de alarma sobre lo que, para ellos, constituye algo bastante más serio que una mera sospecha. «Estamos comprobando que nas marxes do asentamento de chabolas de Berdón se están mercando terreos, pequenas parcelas de solo rústico que só poden servir para ampliar o poboado», alerta un hombre cuyo domicilio se encuentra muy próximo a este entorno. Las últimas inspecciones que han llevado a cabo indican que, en efecto, se han limpiado y explanado fincas de monte sobre las que se estacionan ya camiones y vehículos susceptibles de cobijar habitantes. Lo siguiente será tirar de ladrillo. Infraviviendas, en definitiva, que, de consolidarse, no harán sino empeorar un problema de chabolismo, crónico desde que las primeras familias que abandonaron las chozas de Guillán se trasladaron a este emplazamiento en los años 90.

El proceso, señalan los vecinos de Trabanca, se asemeja a un círculo vicioso. El entorno de Berdón se caracteriza por el predominio de suelo rústico que no es susceptible de ser urbanizado. En este caso las restricciones son todavía mayores, por el hecho de que en la zona existe un yacimiento castrexo, los restos del antiguo castro de Trabanca, con lo que a la prohibición de edificar se añade un factor de protección arqueológica. En otras palabras, las fincas se pueden orientar, como mucho, a la explotación forestal. Traducidas a dinero, lo lógico es que no valiesen mucho. «Pero se tes unha pequena propiedade alí, de 800 ou 1.000 metros, pegada ao poboado, ninguén que non sexa alguén que estea interesado en asentarse alí vai pagar por ela», argumenta un vecino. En resumidas cuentas, los únicos que comprarán en la zona del poblado, y ofrecerán ciertas sumas, serán quienes planeen trasladarse a él, incrementando por lo tanto su superficie.

Hacia el norte no hay problema, puesto que la mayoría de los terrenos, de buen tamaño, pertenecen a la casa de A Gopelleira, que los mantiene bajo su titularidad. Pero hacia el sur, hacia Trabanca-Badiña, existe una bolsa de unos 18.000 metros cuadrados compuesta por un puñado de parcelas modestas. Es en ellas, alertan los vecinos, donde se están registrando movimientos.

«Ademais de xerar outro tipo de problemas, que o asentamento medre alí supón tamén unha discriminación para nós, para o resto dos propietarios que legalmente non podemos facer nada de nada nas nosas finas», advierte otro de los afectados, que espera que esta secuencia se frene.

Las competencias corresponden a la agencia de la Xunta que vela por las leyes urbanísticas

Sesenta familias y tres chabolas con orden de derribo

No solo los vecinos de Trabanca, sino también los propios habitantes del asentamiento sufren en primera persona las consecuencias de un poblado construido, en su mayor parte, sobre suelo rústico con protección arqueológica. Allí viven sesenta familias. Y la APLU ha librado ya las primeras órdenes de demolición para tres chabolas. La asociación Os Castros trabaja para evitarlo y conseguir unas condiciones dignas de vida para sus pobladores.

Ravella advierte que activará todos sus medios para que el asentamiento no se amplíe en absoluto

El gobierno local de Vilagarcía confirmó ayer que los vecinos de Trabanca-Badiña le han comunicado sus demandas y temores acerca del crecimiento del poblado de Berdón. Es más, los concejales socialistas de Medio Ambiente, Lino Mouriño, y Benestar Social, Tania García, visitaron la zona hace pocos días para conocer el problema en detalle. De momento, a Ravella no le consta que los cambios de titularidad de las parcelas se hayan hecho oficiales. No obstante, eso no evita que el equipo de Alberto Varela reitere su compromiso con la eliminación del chabolismo. «O Concello vai estar absolutamente vixiante e vai poñer todos os medios municipais para impedir que o asentamento medre», anuncia García.

Medidas contra el chabolismo

Aunque las competencias sobre la gestión del suelo rústico corresponden a la Axencia de Protección da Legalidade Urbanística, y la protección de los yacimientos arqueológicos compete a la Dirección Xeral do Patrimonio Cultural, ambas dependientes de la Xunta, el Concello puede activar en este caso su servicio de inspección urbanística y el departamento de la Policía Local.

Tania García subraya, además, que Ravella negocia desde hace tiempo con la Consellería de Política Social un plan de erradicación del chabolismo, que incorpore toda una serie de medidas sociales. Porque el problema, razona la concejala, es complejo y muestra múltiples aristas: «O Concello tamén asesora aos seus habitantes; que non os enganen e non gasten cartos nun solo que nunca poderá ser urbanizable».