Vacían extintores en el depósito de un edificio y dejan sin agua a 123 viviendas

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

«Esto es algo muy serio; ¿y si alguien se hubiese intoxicado?», dicen los vecinos

11 sep 2018 . Actualizado a las 07:43 h.

«¿E por que farían isto?». La pregunta corre de boca en boca entre los vecinos del edificio Pico Sacro situado en la calle Moreira Casal, a un paso de la estación de tren de Vilagarcía. Este inmueble es casi un pequeño pueblo. Dividido en 123 viviendas, el coloso acoge a alrededor de 370 vecinos durante los meses de verano. La mayoría de ellos asistieron el domingo, sorprendidos y preocupados, a los efectos inesperados de una gamberrada nocturna. Y es que, la noche anterior, alguien se coló en el inmueble y, además de tirar petardos en el portal, vació los extintores del garaje en el depósito de aguas del que se nutre la vecindad. En cuanto se descubrió lo ocurrido, la comunidad de vecinos colocó un cartel alertando de lo sucedido. «Nos hemos visto obligados a cerrar los depósitos hasta que se realice el vaciado y la limpieza del tanque, ya que el producto que han echado en él es altamente tóxico», explica Francisco Gómez Pavón, el presidente accidental del edificio.

La hazaña de los vándalos fue descubierta el domingo, a primera hora de la tarde. Una vecina que bajó al garaje vio que, en unos baños allí ubicados, habían vaciado un extintor. No era la primera vez que ocurría; por desgracia, este verano, los inquilinos han recibido varias veces las visitas de los gamberros. Una vez les rompieron el cristal de la puerta de entrada; en varias ocasiones, aprovecharon la noche para hacer estallar petardos de buen tamaño en los enormes pasillos del edificio, especialmente en los pisos más altos. Varias veces bajaron los automáticos de los ascensores para inutilizarlos... Y unos días antes del último ataque, ya habían vaciado los extintores del garaje sobre unos coches estacionados en el párking.

Pero lo de este fin de semana ha sido mucho más grave, señalan los vecinos. En cuanto fue alertada de lo ocurrido en el garaje, la portera del inmueble decidió hacer una completa inspección y no tardó en descubrir que el depósito de agua, construido para nutrir a las 123 viviendas del edificio, había sido blanco de los vándalos. Sobre el agua se veía, a última hora del domingo, una densa capa de polvo, igual que en el conjunto de la sala. La muestra de líquido extraída por los vecinos para enviarla a analizar estaba turbia y presentaba un nauseabundo color blancuzco. Como dos testigos de cargo, dos extintores estaban colocados junto a la pared.

Piden colaboración

Los responsables de la comunidad de propietarios consideran que el rosario de ataques sufridos durante el verano ha sido obra de alguien que tiene acceso a todo el edificio. Por eso, en el escrito en el que anunciaban a los vecinos el problema que se había planteado con el agua, los instaban, también, a que presten toda su colaboración para intentar dar con las personas que están tras esta cadena de sobresaltos.

Ayer, durante todo el día, se realizaron trabajos para devolver la normalidad al edificio. No será fácil: ha habido que vaciar el enorme depósito, construido en su día al comprobar que la red municipal no tenía presión suficiente para llevar el líquido elemento hasta los pisos más altos. También toca limpiarlo a fondo, para eliminar todo resto del producto que llenaba los extractores. Y luego habrá que esperar a que vuelva a llenarse.

«Esto que han hecho no es vandalismo; esto es algo muy serio. En este edificio hay muchos niños, bebés, personas mayores... ¿Y si alguien se intoxicase?». Francisco Gómez no ocultaba su malestar y su preocupación. Y su poca confianza en que la policía dé con los culpables.