Una petición de mano pasada por agua

daniela de amorín VILAGARCIA/ LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Cedido

Tras muchos años de relación, Marcos se atrevió a dar el paso en la gran fiesta del 16 de agosto en Vilagarcía

22 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Estamos acostumbrados a ver declaraciones de amor insólitas en las películas románticas. El chico que atraviesa medio mundo para pedirle matrimonio a su amada o el que, en vez de una sortija, lleva una joyería entera. Pero lo cierto es que en algunos casos, la realidad supera a la ficción, tal y como sucedió la semana pasada en plena Festa da Auga. A eso de las cuatro de la tarde del 16 de agosto, todos los vilagarcianos presentes en a las cuatro de la tarde en A Baldosa fueron testigos de una proposición de matrimonio divertida y original que tuvo como protagonistas a Marcos Avilés y Bea Frejón

Tras dieciocho años de relación y un hijo en común, los dos vilagarcianos sellaron su amor bajo una lluvia de chorros de agua y la canción de Bruno Mars Marry you. «Estaba muy nervioso. Le dije a mis amigos que no la dejaran escapar si se intentaba dar a la fuga», asegura el vilagarciano de 37 años. Y no es de extrañar que el pobre hombre tuviera dudas, ya que un par de horas antes de la petición había sonado en la misma calle la canción El Anillo de Jennifer López y, mientras él le hacía gestos cantando el estribillo «y el anillo pa´ cuando», ella le sonreía mostrando su dedo corazón. Todo muy poético. «Siempre que hablábamos de casarnos yo le daba largas porque lo de ser el centro de atención el día de la boda no me convencía mucho», señala la prometida de 35 años, entre risas. Su futuro marido, bien conocedor de la animadversión de Bea hacia todo lo que rodea una boda, acompañó la proposición con unos carteles en los que se podía leer, entre otras románticas declaraciones: «Sé que querrás matarme por esto, pero yo solo quiero morirme contigo».

A pesar de las dudas de Marcos, su arriesgada y multitudinaria propuesta salió a pedir de boca y Bea pronunció el esperado sí, quiero. «Como para decir que no después de todo lo que había montado. Se lo curró mucho», destaca la vilagarciana. Y es que nada de esta petición fue improvisado, pues Marcos lo tenía todo bien pensado e, incluso, cronometrado porque «tenía miedo de que se acabase la canción» sin estar arrodillado. Incluso, se enfundó una americana de vestir y le puso a su futura mujer el velo de novia, para que se fuese haciendo a la idea de lucir esta prenda durante la ceremonia. Pero Marcos no estuvo solo durante la preparación de la pedida, pues contó con la colaboración de sus inseparables amigos Santos, Chiqui y Cosmi, unos ayudantes que se lo curraron mucho a pesar de ir «de aquella manera» tras estar toda la noche de fiesta. Marcos tuvo en cuenta todos los factores que podrían arruinar su petición y, por ello, se lo dijo únicamente a esos tres amigos. «Aunque algunos se enfadaron por no saberlo, no podía arriesgarme a que alguno se fuese de la lengua», explica el futuro marido, que también contó con la ayuda de su amigo Chema, propietario del Estocolmo. Gracias a él, el dj que pinchaba en esa calle puso la citada canción de Bruno Mars que inspiró «la idea de la proposición tras escucharla en el Rockin Rio primero y yendo en el coche unos días antes de San Roque», asegura Marcos.

Una petición alocada y peculiar que se ajusta a la pareja en cuestión. Dos aficionados a Dragon Ball que se enamoraron cuando ella tenía novio y los dos iban de marcha a las galerías de A Xunqueira, donde se conocieron. Una pareja que, a pesar de celebrar su aniversario cada cuatro años, pues empezaron a salir un 29 de febrero, ya llevan casi media vida juntos. Ahora solo les queda organizar la boda, pero antes de eso deben comunícaselo a amigos y familia.