El sistema de depuración falla de nuevo y envía otro vertido al mar

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

CEDIDA

La Xunta sigue sin consignar los dos millones que necesita la planta de Vilagarcía

19 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

No por conocido el problema deja de ser grave. Si acaso, cansino. Que el sistema de depuración de aguas de Vilagarcía está obsoleto es algo que tanto Augas de Galicia como el Concello y la empresa que gestiona el servicio, Espina & Delfín, tienen claro desde hace largos años. Poco se hizo en el anterior mandato municipal, más allá de la reorientación de una partida de 90.000 euros para intervenir sobre los machacados bombeos. En los últimos tres años el esfuerzo para mejorar la red de alcantarillado y evitar los vertidos al mar se ha intensificado. Pero todo se quedará corto si la Xunta no se anima de una vez a ampliar la planta de la capital arousana. No se trata de un capricho ni de un cálculo de oídas; es lo que los propios técnicos llevan mucho tiempo poniendo sobre la mesa. Ayer, una avería dejó de nuevo en evidencia las carencias de las instalaciones de Ferrazo, incapaces de evitar que un efluvio de fecales se deslizase al mar y fuese perfectamente visible desde Vilaxoán.

Fuentes municipales indican que el problema, como suele ser habitual, se inició en la planta de pretratamiento. Una avería obligó a vaciarla, derivando su caudal a la depuradora en sí. El volumen de líquido, sin embargo, colapsó las instalaciones y ocasionó el nauseabundo vertido. Tanto el motivo que provocó el fallo como la propia deposición en la ría fueron corregidos a lo largo de la mañana. Pero nada pudo evitar que, durante diez minutos, las aguas fecales manasen al mar de Arousa.

El caso es que el gobierno socialista que dirige Alberto Varela ha solicitado a Augas de Galicia en diferentes ocasiones la ampliación del sistema de pretratamiento, precisamente el punto que origina la mayor parte de los problemas, pero de momento la Xunta no ha consignado un solo euro para ello. Dejando a un lado la solución final para el río que atraviesa un garaje en Rodrigo de Mendoza, Vilagarcía es, de hecho, una de las grandes ausentes en los presupuestos que el ente autonómico encadena año tras año. La capital arousana figura con nombres y apellidos en el plan hidrológico que la Administración gallega aprobó hace dos años para el horizonte 2016-2021. En teoría, la ciudad debe recibir nueve millones de euros para atajar de una vez por todas sus carencias en materia de saneamiento. Sin embargo, la inversión todavía no se ha activado.

Medio millón desde Ravella

Lo cierto es que ya el gobierno municipal anterior, liderado por el PP, había calculado lo que costaría la imprescindible ampliación: dos millones de euros. A falta de que desde Santiago lleguen noticias, es el Concello el que ha asumido la lucha contra los vertidos en la capital arousana. La inversión ejecutada en este campo a lo largo de este mandato supera el medio millón de euros, entre aportaciones propias y fondos de la Diputación. Pero si las arcas autonómicas no se estiran, será difícil ganar esta pelea.

Construida a finales de los años 80, cuando Javier Gago comandaba la delegación provincial de la Consellería de Política Territorial, Obras Públicas e Vivenda, la depuradora de aguas de Vilagarcía puede procesar veinte mil metros cúbicos de agua diarios. Hoy en día, el caudal habitual que llega hasta la instalación de Ferrazo anda por los once mil metros cúbicos. El problema surge cuando este volumen se incrementa, bien por la lluvia, bien por una avería como la que originó el vertido de ayer. La estación se ve colapsada y vomita su contenido al mar.

 Una instalación ideada para 30.000 personas

 Nada extraño, por cuanto el complejo fue diseñado para dar servicio a una población de treinta mil personas. Desde que alcanzó su mejor registro, en el 2010, con 37.926 habitantes, el crecimiento demográfico de Vilagarcía se ha estancado, con ligeros altibajos, en torno a esta cifra. Pero siete mil usuarios más de los previstos siguen siendo un número lo suficientemente importante como para desequilibrar la estación depuradora. Pese a ello, hay que remontarse al 2007 para encontrar la última inversión de relevancia que se ejecutó en Ferrazo. Fueron 307.000 euros que corrieron a cargo de la empresa concesionaria, Espina & Delfín.

Lo cierto es que la capital arousana parece haberse tomado con calma durante años el estado de su alcantarillado. Cuando el actual gobierno municipal decidió revisar la red en el frente litoral de Carril, muy castigado por los vertidos, habían transcurrido nada menos que quince años desde la anterior limpieza.