El célebre obelisco se colocará en la rotonda de O Cavadelo, visible desde la plaza de Galicia

Ni la plaza de Galicia, como quiso dejar bien atado y no pudo Tomás Fole, ni tampoco en frente del Travolta, como en algún momento señaló el gobierno socialista, infografía mediante. Transcurridos cuatro años desde que la columna de granito fue desmontada y puesta en manos de la Escola de Canteiros de la Diputación, el obelisco de Vilagarcía ya tiene un enclave definitivo: la rotonda de O Cavadelo, tal y como ayer desveló el equipo del regidor, Alberto Varela. «Presidirá o eixo no que se cruzan as rúas Conde Vallellano y avenida da Mariña e será perfectamente visible dende puntos como a praza de Galicia ou a Alameda», argumentan fuentes municipales.

Consciente de que colectivos como O Faiado da Memoria insisten en que el célebre obelisco debería regresar a la plaza de Galicia, Ravella se ha asegurado el respaldo de la asociación A Vilagarcía Antiga, que comparte la decisión. «Tivéronse en conta aspectos como a procura dun lugar céntrico, o encaixe coa configuración e estética actual do lugar, as proporcións e dimensionamento en canto ao entorno, e tamén a amplitude do espazo para permitir unha mellor percepción do elemento que se quere destacar», indican los responsables municipales. Su relato, en definitiva, profundiza en la necesidad de evitar que la pieza se vea ahogada por arriba o por abajo. Esto es, por una elección que fracase por sus reducidas dimensiones, o, en caso contrario, por situarse entre edificaciones de mucha mayor envergadura. «En base a estes criterios, A Vilagarcía Antiga coincide en que O Cavadelo é a mellor opción para que o obelisco teña un lugar destacado e principal no centro urbano, no que ningún outro elemento lle reste a importancia e visibilidade que merece».

Los trabajos previos a su instalación arrancarán la semana que viene, con el acondicionamiento de la glorieta y la retirada de la fuente que actualmente habita la rotonda y será trasladada a otro emplazamiento. A continuación se construirá la base sobre la que el obelisco, debidamente rehabilitado por los canteiros, será montado pieza a pieza. Como colofón, Ravella dotará al enclave de focos para que la columna goce de iluminación nocturna.

Creado por iniciativa del gobierno republicano de Elpidio Villaverde, el obelisco fue colocado en lo que hoy es la plaza de Galicia. En 1938 le fue añadido un busto de Calvo Sotelo hasta que, todavía bajo el franquismo, el alcalde Victoriano Piñeiro lo trasladó a la plaza de la Constitución para levantar en su lugar la fuente luminosa, en 1969.

El colectivo

A Vilagarcía Antiga respalda el encaje de la columna en un enclave destacado

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