Una visita muy especial en la nave de Amigos de Galicia

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

Una veintena de alumnos del CEE de Vilagarcía conocieron el funcionamiento de la fundación

05 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre chaparrón y chaparrón consiguieron llegar a la nave de la fundación Amigos de Galicia los alumnos del centro de educación especial (CEE) de Vilagarcía y sus monitores sin mojarse. Por los pelos, eso sí, porque cinco minutos después cayó una buena. Para entonces ya estaban todos a buen recaudo, escuchando las primeras explicaciones de Paula, que fue quien recibió en la nave de la Fundación Amigos de Galicia.

Una nave que recibió ayer una visita muy especial, la de los chavales del CEE de Vilagarcía que allí fueron para ver cómo se trabaja. Llegaron cargados de bolsas llenas de tapones para colaborar con su donación y, a continuación, comenzaron su pequeña excursión por las instalaciones de Amigos de Galicia.

Mónica les explicó cómo se organizaban y qué se metía en cada una de las cajas que se reparten entre las familias más favorecidas. Les habló de los alimentos no perecederos, de la pasta, del Cola-Cao... «Y garbanzos», le apuntó una de las alumnas.

Ayer había llegado una importante donación de carne y varios palés con toneladas de mandarinas. Paula explicó a los chicos que ese tipo de material, perecedero, hay que repartirlo con la mayor celeridad. La carne, por ejemplo, ya no estará hoy en la nave. El paseo continuó. La siguiente parada fue el lugar donde se almacena la ropa. Allí abrieron una caja para ver qué había en su interior y de ella salió una mochila y un taburete para niños, decorado con el personaje de moda de los dibujos animados.

La sorpresa del frío

Poco después llegó una de las sorpresas para los chavales. Javier les abrió la puerta de la cámara frigorífica y allí se metieron todos entre risas por el cambio de temperatura. «¡Qué frío, qué frío»! se decían unos a otros, mientras Javi les explicaba el funcionamiento y cómo organizaba los productos que allí almacenaba.

Y tras la cámara frigorífica llegó el congelador. Por allí andaba Rubén, preparando unas cajas. Los chavales volvieron a disfrutar con el frío antes de poner el punto y final a una jornada muy especial.

Luego llegó el momento de reponer fuerzas antes de emprender el camino de vuelta. De nuevo, con la lluvia como gran amenaza, pero con la satisfacción de haber disfrutado de una jornada especial. Tanto para ellos, como para el personal de la Fundación Amigos de Galicia que los atendió.