Santa Rita, madrina de bodas celtas

VILAGARCÍA DE AROUSA

CEDIDA

Vilagarcía se viste de fiesta, y este año parece que la tendencia está clara: se impone el estilo castrexo, sin duda

17 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde mañana, a las 18 horas • Parque de A Xunqueira • Colores prestados por la naturaleza, cortes sencillos, pieles, coronas de flores. Este año, en Santa Rita, manda el estilo celta. Desde mañana, a las seis de la tarde, y hasta el martes, el parque de A Xunqueira se convertirá en una suerte de castro móvil, poblado por medio centenar de artesanos que venderán todo tipo de productos y que regalan una recreación de nuestro pasado celta.

Anxo Fernández es el nombre del jefe del poblado. Ayer, acompañado por Sonia Outón, la concejala de Cultura de Vilagarcía, compareció en rueda de prensa. Llegó ataviado con los símbolos de su poder, y explicó todo lo que él y su pueblo tienen previsto hacer durante su estancia entre nosotros. Lo primero, dicen, es hacer que esta celebración celta se expanda por toda la ciudad. Para ello, invitan a todo aquel que tenga ganas de fiesta a vestirse según la moda celta y presentarse en A Xunqueira sábado, domingo y martes, a las 13 horas, para participar en el sorteo de varios premios.

Vestidos al estilo celta deben acudir también aquellas parejas que deseen ser casadas por un druida. Tienen dos oportunidades para participar en esa ceremonia: el sábado a las ocho de la tarde, y el domingo a las diez y media de la noche. Para sumarse a este acto será preciso que las parejas se inscriban con anterioridad, a través de la página de Facebook Feira celta de Vilagarcía.

Aún hay un tercer elemento que brilla en esta fiesta. Se trata del Rincón del retrato, un «fotoenxebre no que disporemos de todo tipo de traxes, armas e demais, para que a xente se poida facer as súas fotos de recordo», según explicaba Anxo Fernández. Sonia Outón, la concejala de Cultura, escuchaba sus explicaciones divertida. «Os celtas xa están entre nós», dijo. E invitó a los vilagarcianos a convertirse, también ellos, en bárbaros con ganas de fiesta.