Ravella suministrará agua embotellada al colegio de Rubiáns mientras sea necesario

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

CEDIDA

Los primeros envases con botellas llegarán a lo largo de la jornada de hoy al centro

03 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El cartel apareció tras el puente festivo de mayo en el CEIP Rubiáns. La dirección del centro decretó la prohibición de beber agua del grifo mientras no se realicen nuevos análisis que detecten una mejoría en las condiciones del líquido. Conviene aclarar, de todas formas, que los niveles que aparecieron tras las pruebas indican que el estado del agua no es óptimo, pero sí apta para el consumo.

En cualquier caso, y mientras los análisis del agua no ofrezcan mejores datos, el Concello de Vilagarcía se encargará de suministrar el agua embotellada a la comunidad escolar del centro «hasta que sea necesario», según confirmaba ayer el concejal de Educación Miro Serén. «La salud de los chavales es lo más importante», incide el edil.

El Concello de Vilagarcía encargó hace unos días, y a raíz de lo sucedido en el Rosalía de Castro de Carril, que se analizara el agua de todos los colegios vilagarcianos. Los resultados apuntaron a tres centros, aunque muy lejos de lo que sucedía en el carrilexo. Así, en el interior del colegio de Rubiáns, el hierro alcanza los 230 microgramos por litro, superando los 200 microgramos que marcan el límite del agua considerada óptima para el consumo. El Anexo A Lomba, por su parte, se sitúa muy cerca, en 190 microgramos, mientras que A Escardia muestra 180. Ya a cierta distancia, las lecturas sitúan al Vagalume en 120 microgramos. El aguda deja de ser potable a partir de 600.

Con respecto a los restantes centros, en siete de ellos la cantidad de hierro en el agua que mana de los grifos es inferior o igual a diez microgramos por litro (Guillán, Galiña Azul, Bamio, Vilaxoán, A Lomba, Arealonga e Solobeira), en el centro de educación especial se detectan 60 microgramos por litro, la unitaria de Aralde arroja 40, y el colegio de O Piñeiriño está en 30, al igual que el Rosalía de Castro.

Precisamente fueron las reclamaciones del AMPA del colegio carrilexo las que abrieron la espita sobre el problema con la calidad del agua en los centros que ya cumplen bastantes años desde que fueron inaugurados.

En Carril, fue la AMPA la que presentó una denuncia ante Sanidade, que condujo a una inspección por parte de Espina y Delfín. Los análisis, tomados el día 20 de febrero, indicaron que el agua que entraba en el colegio carecía de cloro y no era, por lo tanto, apta para el consumo. Algo que, sin embargo, no se percibía en un registro exterior. La conclusión parecía obvia, el problema está en las tripas del colegio, y se confirmó al comprobar que los niveles de cloro se normalizaron dos días después, tras someter las canalizaciones a una purga.

Todo derivó en la sustitución de las tuberías del centro, pese a que la obra parecía que iba a ser todo un drama por lo que tardaba en tener el visto bueno de Educación. Sin embargo, todo fue mucho más sencillo de lo que parecía. Los cálculos de los técnicos apuntan a que la actuación, para la que el responsable del departamento autonómico en Pontevedra, César Pérez Ares, reclamaba en un principio la cooperación del Concello de Vilagarcía, no superó los doce mil euros. En Rubiáns esperan que, también, se produzcan cuanto antes unas obras que parecen necesarias cuando lo que está en juego es la salud.

«La salud de los niños es lo más importante», asegura el concejal Argimiro Serén