El ejemplar muestra sus primeros brotes tras el afeitado al que fue sometido para combatir al picudo
22 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Septiembre llegaba a su final cuando la empresa Abrogal, contratada por el Concello de Vilagarcía para combatir la feroz plaga del escarabajo picudo, comunicaba una desagradable noticia. El tratamiento al que las emblemáticas palmeras de Ravella, plantadas frente a la Casa Consistorial entre 1905 y 1910, había funcionado con el menor de los ejemplares. El mayor, sin embargo, estaba infestado hasta el tuétano. Los técnicos de Abrogal recurrieron a una medida a la desesperada, el raspado y retirada de todas las partes infectadas, que ahora, transcurrido el invierno, parece haber dar sus frutos.
El concejal de Medio Ambiente, el socialista Lino Mouriño, confirmó ayer que la inspección realizada el mes pasado reveló la existencia de un primer brote. Lo que significa que, al menos de momento, la palmera se salva de la temida tala. Porque, en caso de que el radical afeitado al que fue sometida no hubiese funcionado, no habría más opción que proceder a su derribo.
Lo que Abrogal ha hecho consiste en dejar en la copa de la palmera únicamente la gema terminal a partir de la que brotan las palmas. El picudo rojo se había introducido hasta el tronco del ejemplar, por lo que las perspectivas no eran, precisamente, halagüeñas. Cada palmera posee una sola yema en su parte superior, así que, de haberse visto muy afectada, no habría nada que hacer. Que la llegada de la primavera traiga consigo estos brotes verdes significa, en buena lógica, todo lo contrario.