La policía sospecha que los atracadores del cash son los que golpearon en Vigo

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

El asalto de enero también fue perpetrado por dos tipos armados de pistola y escopeta

22 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En los treinta años de implantación de Cash Galicia en Vilagarcía, el establecimiento ha sido objeto de una quincena de robos. Puede decirse que quienes los perpetraron entraron en el establecimiento prácticamente por todas partes, techo incluido. Sin embargo, nunca antes sus empleados habían sufrido un atraco como el que padecieron el lunes por la tarde, cuando dos individuos los encañonaron para, a continuación, desvalijar las cajas registradoras y la oficina. Los tipos se esfumaron con la misma velocidad con la que completaron el robo. Sin embargo, varias pistas pueden conducir a su identificación. Fuentes de la investigación confirman, por ejemplo, que existe una elevada probabilidad de que los individuos sean los mismos que en enero asaltaron el Cash Galicia de Vigo.

La hipótesis con la que trabaja la Policía Nacional se sustenta en las muchas coincidencias que se dan entre los dos atracos. Ambos fueron protagonizados por dos individuos, uno más alto y corpulento; el otro, más menudo. Los dos vestían de negro y ocultaban sus rostros con pasamontañas, de forma que apenas sus ojos eran visibles.

Esto, por lo que respecta a la fisonomía y vestimenta de los autores del robo, perpetrado en el hipermercado mayorista que abre sus puertas en el barrio de As Carolinas. Las semejanzas se extienden a su forma de actuar. Al igual que ocurrió en Vigo, los dos asaltadores hicieron gala de una sangre fría a prueba de bomba y una contundencia que impone respeto. Las armas que portaban también eran similares: una escopeta corta, en el caso del más grueso de los ladrones; una pistola, en el del tipo más bajo. Fue este último quien no dudó en ponerle el arma en la cabeza a uno de los empleados del establecimiento mientras le ordenaba que abriese las registradoras. Entretanto, su compañero golpeaba en el pecho al encargado y lo conducía a la oficina para exigirle la entrega de todo el dinero que en ese momento, minutos antes de las ocho de la tarde, guardaban en el interior del local. Ya con el botín en la mano, los atracadores obligaron a los trabajadores a permanecer tendidos boca abajo en el suelo, a riesgo de recibir un disparo. Segundos más tarde habían desaparecido a bordo de un automóvil.

La relativa oscuridad que domina la zona de aparcamiento es uno de los factores que, sospechan los empleados de Cash Galicia, facilitaron las cosas a los dos individuos. Por ello es probable que la empresa incremente no solo sus medidas de seguridad, sino también cuestiones básicas, como la iluminación exterior de su establecimiento. El atraco de Vigo, que golpeó a un local de la misma cadena, tuvo lugar el 30 de enero.