Dos encapuchados atracan el Cash Galicia tras encañonar a sus empleados

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

Los sujetos empuñaban una pistola y una escopeta y se cubrían con pasamontañas

21 feb 2018 . Actualizado a las 11:32 h.

En cinco minutos lo habían hecho todo. Entrar a saco en el local, encañonar a los empleados que se encontraron en el interior del establecimiento, desvalijar las cajas registradoras y la oficina del encargado, y huir sin dejar rastro. Dos individuos, cubiertos con pasamontañas, atracaron el martes el hipermercado mayorista Cash Galicia, que abre sus puertas en la calle Merlo, en la zona posterior del Alcampo instalado en Vilagarcía. Aunque la cantidad concreta de dinero que consiguieron como botín no ha trascendido, sí se sabe que se trata de una cifra importante. Lo suficiente como para arriesgarse a empuñar una pistola y una escopeta, con las que amedrentaron a los trabajadores, que ayer aún tenían el susto en el cuerpo.

El asalto tuvo lugar hacia las ocho menos cuarto de la tarde, cuando los operarios del Cash Galicia estaban a punto de echar el cierre y concluir su jornada laboral. Los atracadores debieron de aguardar en el interior de un automóvil, emboscados en una esquina del aparcamiento que da servicio al hipermercado mayorista. Apenas cinco minutos antes se había marchado la última cliente del día. Los tipos aprovecharon el momento y se dirigieron a la entrada del establecimiento, tras cubrir sus caras con sendos pasamontañas.

No les importó que pudiese entrar alguien más, algo perfectamente posible, teniendo en cuenta que el local todavía permanecería abierto durante quince minutos más. La irrupción de algún comprador podría, de hecho, haberlo empeorado todo. Por fortuna no fue así. El caso es que los dos sujetos actuaron con una celeridad digna del más profesional de los asaltadores. Uno de ellos, el más alto y grueso, llevaba la voz cantante. Exigió la presencia inmediata del encargado, al que golpeó con una escopeta corta en el pecho. Su compañero, más menudo, no dudó en arrimar el cañón de su pistola a la cabeza de uno de los otros dos trabajadores a los que sorprendieron en la zona más próxima a la puerta, donde están instaladas las cajas registradoras.

Uno y otro reclamaron la entrega de todo el dinero de que dispusiese el negocio en ese momento. Mientras el tipo de la pistola metía la mano en las registradoras, el que blandía la escopeta condujo al encargado hasta su oficina, donde le exigió, sin contemplaciones de ninguna clase, hasta el último billete.

A continuación, ordenaron a los tres empleados que se echasen al suelo y les advirtieron que levantar la cabeza podía costarles muy caro. Unos segundos más tarde se habían esfumado, es de suponer que a bordo del mismo vehículo en el que aguardaron emboscados el instante de abalanzarse sobre sus víctimas. Dos de los cinco empleados que se hallaban en el Cash ni siquiera se percataron de lo que estaba ocurriendo. Nada extraño, puesto que se encontraban en el otro extremo de un almacén que se caracteriza por sus grandes dimensiones. Sacudiéndose el miedo del cuerpo, telefonearon a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, que desde el martes busca a los dos asaltadores. Ambos hablaban en castellano, con modismos urbanos pero acento indudablemente gallego.

Un establecimiento de Vigo sufrió un asalto idéntico hace dos semanas

La forma en la que operaron los dos atracadores demuestra que sabían lo que hacían y tenían claro qué buscaban. Nada de mercancía ni de monedas, solo dinero en billetes. Un factor resulta particularmente inquietante: la similitud del asalto con el que otro Cash Galicia padeció en Vigo, el 30 de enero. También en aquella ocasión fueron dos los sujetos que protagonizaron el robo, con características semejantes: un tipo grande y grueso, armado con una escopeta corta, y un hombre más menudo, pistola en mano. El atraco de Vigo lo perpetraron vestidos de negro y cubiertos con pasamontañas que apenas dejaban entrever sus ojos, exactamente igual que el de Vilagarcía. El momento elegido coincide igualmente: minutos antes del final de la jornada laboral.