El lugar donde no es demasiado sencillo acertar con la nota

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

El mal uso y la falta de cuidados provocan que los locales de ensayo no faciliten la llegada de las musas a quienes allí tocan

11 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Diez años cumplirán el próximo mes de abril los locales de ensayo que se encuentran en el auditorio de Vilagarcía. Una necesidad que pedían a gritos los músicos locales y de cuya importancia habla bien el dato de que fue el propio vicepresidente de la Xunta, que entonces era Anxo Quintana, quien acudió al acto de inauguración.

Aquellos flamantes locales, convenientemente equipados, se han convertido ahora en unos lugares en los que las musas difícilmente aparecen. Y, ojo, aquí es obligado repartir las culpas entre la administración, que evidentemente no ha puesto un especial interés en subsanar las deficiencias que van apareciendo, y entre algunos de los propios usuarios, que han destrozado con su gamberrismo y su poca educación elementos que evidentemente son de todos.

Los agujeros que tiene el falso techo de la sala número uno, por ejemplo, poco tienen que ver con la falta de mantenimiento y mucho con la ausencia de civismo. No es de recibo que alguien que va a disfrutar de unas instalaciones que son de todos se dedique a dañarlas de esa manera. Y tiene pinta de que ese maleducado comportamiento de tomar el techo como una diana ha sucedido más de una vez.

El material, por lo demás, acusa ya tanto el desgaste como los daños de tanto ajetreo. Si un grupo, por ejemplo, quiere que su batería suele correctamente es mejor que se la lleve de casa porque varios de los elementos que están allí están dañados, muy dañados, y necesitan una urgente reposición.

Una de las cosas que más chocan de esos bajos del auditorio es el frío que allí hace. Un frío lógico porque no hay calefacción y la estufa que alguien colocó allí para darle un poco de calor al ambiente no suele estar enchufada. Es verdad, de todas formas, que no está aún el asunto como para tener que tocar con guantes.

Y más allá de que los propios usuarios, o al menos una parte de ellos, no hayan contribuido a cuidar un material que es de todos, el mantenimiento que la administración debe hacer de sus instalaciones también podría mejorar. Hay algún detalle que no debería ser muy complicado de solventar pero que da una sensación de abandono que debería evitarse. Tener que sujetar una puerta con una papelera para que no se abra es algo fácilmente subsanable. A veces, es más un problema de voluntad que de chequera.