Los pequeños inversores apuestan por comprar vivienda para alquilar

Alquilar un piso en localidades como Vilagarcía de Arousa lleva años siendo una auténtica odisea. «Si veis alguno que os guste, lanzaros de inmediato a por él, no os lo penséis mucho, porque vuelan», recomendaba esta semana, a una pareja en ese trance, la responsable de una inmobiliaria de la capital arousana. El consejo no sobra: siempre puede haber algún despistado que no sepa que alquilar se ha convertido, casi, en una misión imposible. No solo en Arousa: es un problema extendido por toda Galicia, donde el stock de vivienda en alquiler ha caído en el último año hasta un 40 %, según la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias. Como en el resto de la comunidad, en la capital arousana no hay pisos suficientes para atender una demanda de alquiler que no para de crecer. «Si hubiese inmuebles en el mercado, se alquilarían varios cada día», aseguran desde un sector que parece estar viendo la luz al final de un largo túnel.

En las oficinas esparcidas por Vilagarcía aseguran que el 2017 ha sido el año de la reactivación del sector. Y es que comenzaron, de nuevo, las ventas. Así lo sentencian desde la inmobiliaria Mariló, desde donde indican que el mercado asume en estos momentos, incluso, «viviendas baratas» que hace un tiempo nadie quería. Detrás de esa realidad estarían, explican desde Inmobiliaria Mariló, «personas que ven en la compra una inversión», porque adquieren el inmueble, lo ponen a punto, y lo colocan en el mercado del alquiler. De nuevo, esta compra-inversión es una tendencia general en toda Galicia. Según los datos de Fegein, la inversión en vivienda para colocarla posteriormente en el mercado del alquiler ha crecido en el 2017 un 8,2 %, confirmando una tendencia al alza iniciada hace ya tiempo atrás.

Comienza a moverse el mercado y «empieza a haber alegría». Los precios de venta de los inmuebles han emprendido la cuesta arriba. Con cautela, es verdad, porque el batacazo de hace unos años aún duele y aún hay muchas suspicacias entre los compradores. Las operaciones empiezan a coger ritmo, y eso que la obra nueva -la favorita de los compradores- escasea. Ha llegado la hora de los inmuebles de segunda mano, que semejaban condenados a no encontrar quien los quisiese. Pero entre los pequeños inversores que ven en esos pisos algo ajados una posibilidad de negocio, y quienes encuentran en ellos un lugar para reconvertir en su hogar, parece que ahora la marea inmobiliaria comienza a subir en ese terreno.

El problema no es nuevo, y los agentes llevan tiempo buscando alternativas

En el conjunto de Galicia, los precios de las rentas están subiendo de forma considerable

El fenómeno ha hecho que se abra una puerta para las propiedades de segunda mano

Los pisos con inquilinos o las opciones de compra aún no tienen gancho en O Salnés

En el escaparate de alguna inmobiliaria de Vilagarcía se anuncia un piso en venta «con inquilino». Este modelo parece estar ya muy asentado en las grandes ciudades, pero esa tendencia aún no ha llegado a la zona sur de la ría Arousa. Consiste, básicamente, en que propietarios de viviendas que ya están alquiladas, normalmente a inquilinos que pagan rentas bajas, ponen a la venta ese inmueble. Así que el comprador pasa a percibir el alquiler desde el primer momento. Esta es la cara amable del negocio, que ofrece numerosas variaciones, algunas bastante más oscuras.

«Aquí esta fórmula no funciona», argumentan en una inmobiliaria de Duque de Rivas. Tampoco ha cuajado demasiado, explican, los alquileres con opción de compra. Y es que esas nuevas fórmulas que plantea el mercado no tienen demasiado predicamento en Arousa, donde las operaciones que triunfan son las más convencionales. Sin embargo, opciones con más historia, como la rehabilitación de inmuebles o la construcción de viviendas unifamiliares nuevas, parecen vivir una etapa floreciente.

450 €

Plaza de A Independencia

Se alquila un apartamento de dos habitaciones. El metro sale a 6,08 euros.

380 €

Piso en As Pistas

En este caso, se trata de un imueble de tres habitaciones. El metro cuadrado, a 4 euros.

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