Ravella gestiona en Madrid la integración de las estaciones de ferrocarril y autobús

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

Varela propone la creación de nuevas dársenas y un despacho en las naves de Renfe

28 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El gobierno local de Vilagarcía está dispuesto a apretar a fondo el acelerador para conseguir uno de los objetivos que el equipo de Alberto Varela se marcó desde el inicio del mandato: comprometer a las Administraciones estatal y autonómica en la consecución de una estación intermodal para la capital arousana, en la que el ferrocarril y el autobús convivan y se coordinen de forma eficaz. El 6 de febrero, en solo unos días, el alcalde socialista de la ciudad viajará a Madrid para entrevistarse con los responsables del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF). Y lo hará con una propuesta concreta bajo el brazo.

Treinta y dos años después de su inauguración, parece meridianamente claro que la estación de autobuses de Vilagarcía está lejos de ver optimizado su potencial. Su ubicación, sin embargo, favorece extraordinariamente la integración con la estación de ferrocarril. Algo que no sucede en el resto de las ciudades de Galicia. Ni siquiera en aquellas en las que, como Pontevedra, ambas instalaciones se encuentran realmente próximas.

Sobre el papel, no existe ningún impedimento físico para que el punto en el que se detienen los autocares se traslade al entorno inmediato de la estación de tren. Y esta es, precisamente, la idea que explican fuentes municipales: la construcción de unas dársenas contiguas a las instalaciones del ADIF, de forma que el tránsito de pasajeros entre el autobús y el ferrocarril sea inmediato. Que la estación de buses modifique su emplazamiento no quiere decir que deje de existir como ente funcional. Todo lo contrario. El servicio, añade Ravella, precisaría contar con unas instalaciones propias en su nueva ubicación. Y el Concello apunta a las naves que el operador ferroviario posee junto a la estación. Ravella apuesta por la posibilidad de conseguir la cesión de un espacio en el que la Xunta pueda situar un despacho y todos los servicios asociados al funcionamiento de los autocares.

Las perspectivas, desde el punto de vista de las Administraciones implicadas, se antojan positivas por primera vez en mucho tiempo. La conselleira de Infraestruturas e Vivenda, Ethel Vázquez, le ha trasladado al regidor socialista su disposición a avanzar en la consecución de la intermodalidad en Vilagarcía. Varela se entrevistará ahora con el presidente del ADIF, Juan Bravo, así como con su directora general de Explotación y Construcción, Isabel Pardo, y con el responsable del departamento de Desarrollo de Negocio Corporativo. El objetivo final, cerrar un compromiso a tres bandas que se concrete en un convenio formal.

Entre media hora y 51 minutos de espera para quienes viajen de Santiago a O Grove

 

s. gonzález

No es mal momento para que Vilagarcía mueva ficha en todo cuanto tiene que ver con los muchos problemas asociados al transporte de viajeros. La Xunta se halla inmersa en el diseño de las líneas definitivas de autobús -las concesiones que se suceden desde agosto no son más que un parche para ir tirando hasta el 2019- así que si alguien quiere que su voz se escuche y se tenga en cuenta, se trata de hacerlo ahora, cuando el sistema se está reformulando. Viene esto a cuenta de la escasa importancia que se le ha concedido a la coordinación de los servicios de ferrocarril y autobús. Un ejemplo elocuente: las cuatro rutas de autocar reformadas que comunican los municipios de O Salnés apenas toman en consideración este factor, que se diría imprescindible para el desarrollo de un turismo bien entendido, puesto que cualquiera que desee viajar entre Santiago y O Grove no tiene más remedio que aguardar entre treinta y 51 minutos en la estación de Vilagarcía para combinar ambos medios de transporte.

De momento, la capital arousana ha sorteado el primer obstáculo que hubiese arruinado cualquier pretensión de intermodalidad. En su diseño inicial, tanto las rutas comarcales adjudicadas en agosto como la vieja línea atlántica de Castromil que está a punto de serlo sustituían la estación de buses por las dársenas de O Cavadelo. La Xunta lo ha corregido en ambos casos.