«Shrek» o la conexión arousana con el mejor Hollywood, en el auditorio de Vilagarcía

VILAGARCÍA DE AROUSA

CARMELA QUEIJEIRO

Coda pondrá en escena el próximo fin de semana una versión de Shrek autorizada por DreamWorks

23 ene 2018 . Actualizado a las 12:40 h.

Sábado 27 y domingo 28 • 18 horas • 17 euros (entradas ya a la venta en Ticketea) • Auditorio de Vilagarcía • Los integrantes de la compañía Coda se consideran una gran familia. Forman un grupo heterogéneo en el que conviven actores, músicos y bailarines de todas las edades y de todas las ciudades, villas y pueblos del entorno. Cada uno tiene sus cosas, pero todos comparten el entusiasmo por las aventuras musicales. Así nació, hace ya unos años, aquel «Rei da Sabana» que llenó todos los auditorios por los que pasó. Ahora, la familia Coda se ha puesto el listón más alto y se ha embarcado en la producción de «Shrek», el musical que el próximo fin de semana se podrá ver en Vilagarcía.

«Shrek» es un montaje espectacular que exige que más de medio centenar de personas lo den todo en cada función: una treintena en el escenario; cinco más entre bambalinas cambiando decorados y haciendo los efectos especiales; siete poniendo la música, que sonará en directo, y un puñado más pululando de aquí para allá a fin de tener todo bajo control.

Ese esfuerzo, que se nutre de la ilusión de todos y cada uno de los componentes de la compañía, se despliega cada vez que se alza el telón. Pero lo que se verá el próximo fin de semana en Vilagarcía es el fruto de un trabajo que comenzó hace ya un par de años, cuando Coda se puso en contacto con DreamWorks para conseguir los permisos para poder hacer su propia versión de «Shrek». «Conseguimos que nos autorizasen a facelo, e conseguimos tamén que nos deixasen facelo en galego», cuenta Olalla Bouzas.

El esfuerzo hercúleo tiene una razón de ser: Coda quería contar una historia que se alejase de los tópicos de los cuentos de princesas. Querían reivindicar, desde el escenario, a la gente diferente, a la que no encaja en los cánones. Dedicar un espectáculo entero a proclamar la belleza de lo dispar. Para comprobar si lo han logrado, ya saben lo que tienen que hacer: reservar la tarde del sábado, o la del domingo, a disfrutar en familia de la historia de Shrek y de su coro de frikis. Seguro que la experiencia valdrá la pena.