Pequeños detalles para dar más brillo al césped

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

El campo de fútbol de Vilaxoán precisa de varios retoques para mejorar su funcionalidad

10 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El San Martín es uno de los clubes históricos del fútbol comarcal. Un club que se hizo grande a base del empeño de sus aficionados y que ahora pelea por mantener el tirón y por seguir ejerciendo una importante labor social en Vilaxoán.

Su base de operaciones se asienta en el campo de fútbol vilaxoanés. Un campo de fútbol que ha visto mejoradas sus instalaciones recientemente con las obras en los aseos pero que todavía necesita, de manera indudable, una labor imprescindible de chapa y pintura para poner el lugar a la altura necesaria.

Hay circunstancias más o menos perentorias. Las goteras de la grada cubierta, por ejemplo, parece que merecerían un trato de favor porque esa visera tiene algún agujero de un tamaño por el que se podría colar una piedra de granizo como una pelota de golf. Los estragos de la lluvia dejan buena huella en las gradas en forma de charcos. Lleva camino de ser necesario aparecer con paraguas y katiuskas para poder ver los partidos del San Martín. El pintado del muro, tanto de la grada cubierta como del que circunda el terreno de juego, tampoco estaría de más.

Puestos a hablar de necesidades más imperiosas aparecen un par de ellas que parecen no demasiado complicado de solucionar. Por un lado, la orientación de los focos. Advierten en el San Martín de que las luminarias no están correctamente situadas y que se pierde la luminosidad tanto hacia el instituto en un lado como hacia las casas que están detrás del campo en el otro. Y aseguran que en el Concello se comprometieron a mandar a algún operario para que corrigiera la colocación.

El otro asunto que merecería una atención urgente es el de la eliminación de los arbustos que están en uno de los laterales del terreno de juego. Desde el club explican que los balones se quedan entre las ramas en lugar de regresar al campo y que alguno de los chavales de las categorías inferiores ya se ha caído subiendo o bajando la loma.