Las hierbas amenazan con devorar Faxilde

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

El parque infantil de juegos es la zona cero de la invasión de la vegetación, pero hay más

15 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Convendría que una desbrozadora, varias en realidad, se diera una vuelta por Faxilde y contribuyera a aclarar algo a un barrio que corre el peligro de ser devorado por la vegetación. Una vegetación que crece por doquier y que, en algunos lugares, imposibilita a los peatones que caminen por las aceras.

La zona infantil de juegos que está cerca del colegio es la zona cero. Ya no son muchos los columpios que los chavales tienen allí a su disposición. Ni son muchos ni están en el mejor estado. A todos les hace una buena mano de pintura y, en algún caso, un arreglo incluso más serio porque presenta un estado de deterioro más que notable. Pero es que, además, prácticamente todos tiene hierbas creciendo a sus pies. Una imagen que crea una sensación de abandono que se origina ya prácticamente de las puertas que da entrada al parque, también con los hierbajos medrando por doquier.

Un paseo por el barrio no ayuda a mejorar la impresión. La sensación es que quienes deben encargarse de mejorar la imagen del lugar hace semanas, varias, que no van por allí. Evidentemente hay algunas calles que presentan mejor estado que otras, pero lo cierto es que en algunas zonas la maleza tiene una altura más que considerable.

La gran sorpresa, de todas formas, llega apenas a unos metros del cementerio y del remozado campo de fútbol de A Pelada. En un arcén, a la vista de las muchas personas que ahora pasan por el lugar, se está creando un imponente vertedero de escombros. No está escondido ni mucho menos, porque ha surgido a la vera del vial que conecta a Pelada con la circunvalación de Vilagarcía.

Hasta el momento no presenta un volumen de escombros demasiado importante. Es probable que el desaprensivo que allí los tiró solamente haya tenido que hacer un viaje con un remolque para depositar allí sus restos de obra. Sin embargo, teniendo en cuenta el efecto llamada que este tipo de acciones genera entre quienes se dedican a ello, no sería extraño que comenzara a crecer de manera exponencial. Y ya se sabe que los vertederos ilegales crecen con tanta fuerza que no hay maleza que los pare.