El embalse de Castroagudín está en su nivel más bajo de todo este año

a. garrido / R. estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

La presa tiene una ocupación de solamente el 16,1%, la menor de toda Galicia

13 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Llueve, pero llueve miudiño. El verano ha sido seco, pese a la sensación de que tampoco fue espectacular la presencia del sol. Nubes, pero no agua, y los embalses lo están notando. El que más en toda Galicia, el de Castroagudín, que está ahora mismo en su nivel más bajo de todo el 2017.

Según el boletín hidrológico de la Xunta de Galicia, la presa vilagarciana está con un 16,1% de ocupación. Una ocupación que es, de lejos, la menor de toda la demarcación Galicia-Costa. El único embalse que tiene una capacidad similar es el Barrié de la Maza, en el río Tambre, que está ahora a un 22 % de su capacidad.

La medida de ocupación en los embalses de abastecimiento de Galicia es del 66,6 %. Un porcentaje muy similar al que tiene el de Caldas, que es el que abastece de agua a la mayor parte de la comarca de O Salnés y que está a un 66,3 % de su capacidad.

El estado de la presa de Castroagudín no es bueno pero cabe recordar que, si bien abastece a Vilagarcía, no es la principal fuente de que la bebe la ciudad, de ahí que no se han tenido que ordenar medidas de restricción. Sí es verdad que el Concello decidió cerrar las fuentes, pero en una medida más de sensibilización ciudadana, una manera de dar ejemplo, que por pura necesidad.

Ese 16,1 % que registra el embalse de Castroagudín cobra, de todas formas, más relevancia si se compara con la cantidad de agua que se almacenaba allí el año pasado a estas alturas. Entonces, con datos del 19 de septiembre del 2017, la presa vilagarciana estaba al 21,8 % de su capacidad. Casi un 50 % más de la que tiene estos días.

El dato cobra más relevancia si se echa un vistazo a lo que sucedía un par de meses más allá. Tras un otoño no demasiado húmedo, la presa de Castroagudín estaba a 7 de noviembre del 2016 a un 14,95 % de su capacidad. Es decir, en apenas sesenta días había perdido siete puntos porcentuales. Fue aquel el punto de inflexión de la presa que, lógicamente, con la llegada de los meses más duros del invierno comenzó a ganar en almacenaje.

Santiago Salsón, coordinador de observación y climatología de Meteogalicia, apuntaba el pasado lunes en una entrevista en La Voz de Galicia, que no se puede hacer una predicción de cómo va a se el otoño, pero que la llegada de dos o tres borrascas puede ayudar a que se normalice la situación. Salsón recalcaba que entre diciembre y febrero llovió un 36 % menos de lo normal en esos meses y entre marzo y mayo un 17 % menos porque abril fue muy seco. Y resaltaba también que el problema fue el invierno del año pasado, más seco de la normal.

En todo caso, y puestos a ser optimistas, conviene echar un vistazo a las previsiones de los próximos días. No llegará grandes frentes, pero sí que, tal y como sucedió ayer, la lluvia volverá a aparecer por las tierras arousanas, sobre todo durante la jornada de mañana. Aún así no parece fácil que las precipitaciones de septiembre compensen lo que no cayó en los últimos meses.

La huerta confía en un otoño «normal» que permita recuperar las reservas

La huerta de O Salnés está cerrando la campaña de verano. «Nestes momentos as necesidades de auga son menores», dicen los técnicos de Horsal, que viven pegados al terreno. Así que, a estas alturas, los agricultores respiran con cierto alivio. Confían en que el otoño permita recuperar la normalidad climática perdida. Que llegue con lluvias y que sirva de preludio a un invierno frío. De esa forma, los pozos podrían recuperar sus reservas de agua, mermadas a estas alturas. «Hai moitos agricultores e moitas fincas que non tiveron problemas. Pero hai outros que si os tiveron e os teñen, que non tiñan a auga suficiente para cubrir a demanda de rego dos cultivos que tiñan nas súas terras, e que nalgúns casos tiveron que cancelar cultivos programados por esa razón».