La Vía Verde incluye miradores, áreas de descanso y paradas singulares

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

OSCAR VIFER

El proyecto ya está rematado y los tres municipios implicados se volcarán ahora en captar la financiación precisa

09 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La primera Vía Verde de Galicia está más cerca de ser una realidad. Los alcaldes de los tres municipios implicados en este proyecto -Vilagarcía, Caldas y Portas- mantuvieron ayer una reunión en la capital arousana para conocer el diseño de este itinerario. Ahora, con ese voluminoso tomo bajo el brazo, a los tres regidores les corresponde iniciar el peregrinaje por las distintas administraciones para conseguir los 565.533 euros que costará convertir un viejo y abandonado trazado ferroviario en un nuevo atractivo turístico y en un espacio de esparcimiento para los vecinos que disfrutan de la naturaleza, del paisaje, del patrimonio.

La Diputación ya ha mostrado su interés en participar en la cofinanciación de este proyecto. Pero ese apoyo, recordaba ayer el alcalde de Caldas, Juan Manuel Rey, está supeditado a que Gobierno central y Xunta arrimen el hombro. Los alcaldes están convencidos de que así será: no debería costar demasiado trabajo convencer a unos y a otros de las bondades de una iniciativa compartida por tres localidades distintas. Y, aunque alguna puerta no se abra, señalaba ayer Rey, «tendremos que retomar la situación y no dejar caer el proyecto», cuyo coste «no es inasumible».

Y es que, al fin y al cabo, la intervención que se pretende hacer es sencilla. Con medio millón de euros será suficiente para actuar sobre algo más de nueve kilómetros. De ellos, 1,7 discurren por suelo vilagarciano, 4,9 por Caldas, y 2,4 por Portas. En la mayor parte de ese trayecto, el trazado sigue los pasos de la vieja vía del tren, de la que solo se separa en una zona de Portas en la que esta aún tiene vida ferroviaria.

A la Vía Verde se podrá acceder por cinco puntos distintos. Uno se encuentra en su origen, en al aldea de Abelle (Rubiáns); otros dos estarán en Caldas, a la altura del cruce con la N-640 y otro junto al cruceiro de Santiago; en Portas habrá otras dos entradas, una en la estación de Portas, y otro en las inmediaciones de Monte Agoseite. En todos esos entornos se habilitarán zonas de aparcamiento y en tres de ellos, áreas de descanso en las que los caminantes puedan pararse y descansar. A lo largo del trayecto habrá, también, dos miradores: uno se ubicará a la altura del pazo de Rubiáns, el otro en Caldas, en el lugar de O Coutiño. El recorrido tiene aún más puntos de interés: el paso por el viejo apeadero de Rubiáns y por el puente de hierro.

El gran valor turístico de un nuevo enlace con el Camino

La intención de los alcaldes es que la obra se ejecute a lo largo del 2018, y a ser posible que esté rematada dentro de ese mismo ejercicio. Y es que la Vía Verde se plantea como un potente polo de atracción turística. Si este verano han sido muchos los veraneantes que han escogido esta zona para pasar sus vacaciones, «hay que seguir dándoles motivos para que vengan aquí», explicaba Alberto Varela. El regidor de Caldas le daba la razón y apuntaba uno de los valores de la nueva Vía Verde: «ten a singularidade de que enlaza co Camiño de Santiago. O bum deste é evidente», razonaba Juan Manuel Rey, quien considera que la ruta que sigue los pasos del tren no hará más que amplificar el éxito y el tirón de la ruta jacobea.

Una actuación sencilla que se quiere iniciar el año que viene

Las actuaciones a realizar para que la Vía Verde se convierta en una realidad son sencillas. Comenzarán, como es lógico, con la limpieza del trazado y de sus aledaños, y continuarán con el acondicionamiento de la plataforma «desde el punto de vista de su funcionalidad, durabilidad e integridad». El proyecto incluye también la estabilización de taludes, la construcción de pequeñas obras de drenaje, así como la «disposición de los elementos de protección» necesarios a lo largo del trazado. La señalización y el «acondicionamiento de puentes y estructuras existentes» completan la actuación prevista.

El objetivo es que, una vez rematados los trabajos, esta senda de más de nueve kilómetros ofrezca «un grado máximo de accesibilidad a todo tipo de usuarios, facilidad en el recorrido y tranquilidad y disfrute sosegado del entorno», que para ello quedará libre del tránsito de vehículos a motor.