Eliminando barreras en el mar

Rosa Estévez
Rosa Estévez VILAGARCÍA

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

La empresa Alvamar enriquece la oferta de turismo náutico de la ría con un barco diseñado para que personas con discapacidad puedan disfrutar de la navegación

06 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Para unos, la ría de Arousa es un campo de trabajo. Para otros, un paraíso en el que perderse y olvidarse del mundanal ruido. Para Bibiana Álvarez, la responsable de la firma náutica Alvamar, Arousa tiene algo de las dos cosas. Su empresa lleva años ofreciendo viajes por la ría a grupos reducidos. Rutas que giran alrededor de Cortegada, de las artes de pesca, de la riqueza paisajística de la desembocadura del Ulla... En todo ese tiempo, Bibiana detectó un problema: la mayoría de los barcos para grupos reducidos y las instalaciones portuarias suelen ser territorios hostiles para quienes presentan algún tipo de discapacidad.

Con ese asunto en la cabeza, Alvamar decidió hacer algo. Así que, aprovechando las ayudas del GALP, diseñaron un barco accesible a todo el mundo. El Alvamar II, que así ha sido bautizada, es una embarcación de doce plazas, con unas amplias puertas en cada costado que permiten entrar y salir cómodamente a una silla de ruedas, a un carrito de bebé o a una persona mayor que no ande sobrada de agilidad. Ya a bordo, se suceden las filas de asientos, que se pueden cambiar de lugar para dar cabida a sillas, que tienen sus propios anclajes al suelo. Barras para que la gente se pueda sujetar durante la travesía o toldos desmontables por si la meteorología incomoda, son algunas de las características de esta nave que pretende poner la ría al alcance de todo el mundo.

«Este es un barco hecho a medida, donde todo está muy pensado», explica Bibiana Álvarez. Hasta la altura de la borda se ha calculado para que «una persona en una silla de ruedas estándar pueda ver perfectamente el paisaje». Los trabajos a bordo están hechos. Ahora falta que, desde tierra, se tomen también medidas que permitan hacer la ría accesible a todo el mundo. Y es que ni pantalanes, ni rampas ofrecen unas condiciones mínimas de seguridad y comodidad para quienes no tienen todos sus sentidos en perfectas condiciones. «Estamos haciendo nuestra parte, pero necesitamos que las administraciones también hagan la suya», explica Álvarez. En breve enviará un escrito al Puerto de Vilagarcía para que le ceda un lugar en el que poder embarcar y desembarcar a sus pasajeros en unas condiciones adecuadas a sus circunstancias. Y no estaría de más, señala, que en todos los puertos se empezasen a tener en cuenta este tipo de necesidades, auténticas barreras que impiden el acceso al mar a mucha gente.

Mientras tanto, Bibiana Álvarez seguirá trabajando como hasta ahora, tirando de ingenio para dar servicio a todos sus clientes. A estos les ofrece unas rutas de lo más apetecibles: las vinculadas a las rutas de pesca artesanal, que permiten organizar excursiones durante todo el año. «Son rutas muy interesantes, que permiten conocer oficios respetuosos con el medio ambiente y que merece la pena conservar», explica Álvarez. La lamprea, la anguila, la ría en toda su extensión o las mejores puestas de sol están, por fin, al alcance de todos.