¿Cuánta contaminación hay en Vilagarcía? Los alumnos lo saben

marina santaló VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

Utilizaron un sensor traído de Hong Kong para calcular la polución del aire en su centro de estudios

14 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Ver para creer. Esto debió pensar la profesora del instituto Castro Alobre Susana Oubiña cuando se le ocurrió la brillante idea de mostrar a sus alumnos la contaminación que hay en el aire. Una doble lección, medioambiental y tecnológica, para la que tuvo que hacer un pedido al otro lado del mundo: El sensor que enseñó a utilizar a sus alumnos llegó a Vilagarcía desde Hong Kong. «Para medir el grado de contaminación del aire se usan sensores que recogen datos por Materia Particulada (PM)», explica la profesora sobre el Me PM 2.5, el módulo elegido por ella para realizar la medición. ¿Por qué 2.5?. «Las partículas de menos de 2,5 micrómetros son 100 % respirables y, en consecuencia, tienen un acceso directo a nuestros pulmones», explica Oubiña. Son, así, cien veces más delgadas que un cabello humano. Invisibles ante los ojos, pero dañinas. Por eso, quiso que sus alumnos pudieran ?verlas? de alguna manera.

La puesta en marcha del sensor se llevó a cabo entre el lunes y ayer. Los cambios fueron notables. Los primeros en aprender a manejarlo fueron los alumnos de segundo de la ESO que cursan la asignatura de Programación. Los resultados obtenidos se alejaron de los de ayer: Nueve microgramos por metro cúbico. «El valor límite establecido de emisiones contaminantes es de 25 microgramos, al que podemos sumar un margen de tolerancia de 27», explicó la profesora. El resultado de esta suma, 52 microgramos, implicaría la necesidad de «usar mascarilla».

Aunque las cifras obtenidas en el instituto se alejan de esos 52 microgramos por metro cúbico, las mediciones de ayer dejaron sorprendidos a los alumnos. Cuando, a las 09.15 horas, fue el turno de los estudiantes de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) de cuarto de la ESO, el sensor detectó exactamente el doble de microgramos, 18. Poco tiempo después, a las 12.00 horas, ya había 23. En esa ocasión fueron los alumnos de Robótica de segundo de Bachillerato los encargados de realizar la medición.

El resultado les llamó mucho la atención, motivo por el cual analizaron la importante variación propiciada por el cambio del tiempo. También los elementos que afectan a que la contaminación sea mayor: polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas y emisiones de vehículos diésel, entre otros. La clasificación, como indicó Oubiña a sus alumnos, puede hacerse en función del tamaño: Las de diámetro aerodinámico igual o inferior a diez micrómetros, que se las denomina PM1O, la medida que se utiliza para medir la contaminación en Madrid y Barcelona; y las analizadas por ellos, con diámetro de aerodinámico igual a 2,5 micrómetros.

El debate generado en el aula hizo que Oubiña les expusiese la experiencia llevada a cabo por ella en casa. «El hecho de encender un pitillo elevó la cifra hasta 40.000 miligramos por metro cúbico», les indicó. El debate abarcó así la situación a las que se exponen los fumadores pasivos. Siguieron probando con el sensor. Y descubrieron que la contaminación no es la misma es un aula que da a la carretera que al patio. Ver para creer. Descubrirlo por ellos mismos. Los alumnos no solo aprendieron a conectar y programar el sensor, también recibieron una lección de cuidado al medioambiente.

Entre las aulas que dan a la carretera y las que dan al patio existe una pequeña diferencia

Del lunes al martes el nivel de contaminación detectada llegó

a duplicarse