La «vidilla» del alpinista entre olas

carmen garcía de burgos

VILAGARCÍA DE AROUSA

emilio moldes

El deportista Sechu López quiere ser el primero en bordear los 1.500 kilómetros de costa gallega en kayak

06 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando mira hacia abajo, ve doble. Le ocurre desde que hace dos años un coche se lo llevara por delante en Chapela cuando volvía en bici del trabajo. El conductor salió del garaje sin mirar y le golpeó. Se dedicaba al mantenimiento de trenes. Llevaba décadas haciéndolo hasta que el atropello le obligó a dejarse colocar unas placas y mallas de titanio en los ojos. Las primeras alrededor de las cuencas, en el hueso, la segunda, en el fondo del ojo. Gracias a estos avances tecnológicos y médicos, y a tres operaciones en los últimos veinticuatro meses, Sechu López ahora solo ve mal cuando mira hacia abajo. Bueno, es cuando ve realmente mal. Doble, para ser precisos. «E canto máis cara abaixo, máis dobre», matiza.

Así que dejó la montaña. Porque Sechu, además de electricista electrónico de Renfe, es uno de los gallegos que más alto ha llevado el nombre de su tierra natal. Literalmente, sin metáforas. El ourensano de nacimiento, vigués de adopción -vivió allí 24 años y se siente de allí- y residente temporal en Vilagarcía de Arousa , Madrid, León y Miño -donde vive actualmente- es uno de los montañeros de élite más conocidos de Galicia y de España. Ahora ha decidido convertirse en uno de sus más aguerridos deportistas. Sin más. Por eso partió hace diez días de A Guarda con la firme intención de recorrer los 1.500 kilómetros que separan el Miño de Ribadeo escrutando cada roca. A bordo de un kayak que compró el verano pasado, López quiere ser el primero en conseguirlo. Otros lo han hecho ya en línea recta, pero ninguno siguiendo un trayecto tan curvo y abrupto. Con una tienda de campaña y el equipamiento necesario, aprovecha que conoce gente casi en cada rincón para disfrutar de una comida o una noche con ellos. Eso es todo, porque este viaje es sin compañía.

Pero, ¿por qué este y no otro reto? ¿Qué tiene? «O kaiak... que estás no mar e, un pouco como a montaña, é natureza salvaxe. Non sabes o tempo que vai facer mañá, non sabes se vas ser capaz de chegar a un sitio ou non. Esa inquedanza, esa incertidume, é a aventura: non ter garantido o que vaia pasar. Iso é vidilla. Gústame facer cousas que me fan sentir vivo», reconoce momentos antes de lanzarse al mar.

Porque, aunque en sus aventuras ha tenido que dejar atrás compañeros -en el 2009 en el Gasherbrum - y empeñarse en sobrevivir en situaciones extremas, ninguna le borró la sonrisa.

Dos meses de travesía solo, sin prisas y a merced del tiempo

Pudieron ser muchos los retos que se le pasaran por la cabeza al vigués de adopción y vecino de Miño. Pero fue este. Surgió, como casi siempre, sin saber muy bien cómo. Se compró la piragua el verano pasado y se le ocurrió. Así de sencillo. «Eu fixen deporte toda a vida. Saio habitualmente a facer actividades deportivas, así que se pode dicir que estou en forma, e logo si fixen algún curso específico para pillar a técnica en kaiak, pero non fixen una preparación detallada. Xa fixera cousas nesta clase de embarcación, pero non así. Algunha travesía teño feito. Empecei co piragüismo hai trinta anos como un máis dos deportes que facía. Pero nunca tantos días nin nada parecido. É un reto e ten un gran compoñente de aventura. Apetecíame facelo e metinme nisto», matiza.

Sin destino ni hora

Es el factor de riesgo que puede incluir quedar a merced, por ejemplo, de las condiciones meteorológicas adversas. El de ayer fue uno de esos días. La predicción no auguraba ni sol ni nubes alternas. Eran claras: lluvias y algo de viento. Aventurero pero realista, advertía ya antes de subirse de nuevo a la piragua que no tenía la menor idea de dónde iba a llegar anoche ni a qué hora. Pero, como tampoco se ha marcado una fecha de llegada -calcula unos dos meses, pero advierte de que pueden ser más o menos sin ninguna alteración-, ni la de ayer ni la de hoy ni la de mañana van a cambiar sus planes de futuro. Para empezar porque, de momento, tiene estos.