A caballo entre dos países por el amor a la música

marina santaló VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MONICA IRAGO

La nueva directora del Coro Liceo de Vilagarcía combina esta labor con actuaciones como solista y clases en Oporto

28 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

A la meañesa Sonia Bouzada la afición por la música le viene desde pequeña. Aunque ella sostiene que «xa non era tan nena», a sus doce años comenzó a recibir clases particulares de solfeo y piano como tantos otros niños que siguen las indicaciones de sus padres. Con el paso de los años se demostró que la elección de esta actividad fue todo un acierto. Sonia encontró en esas clases algo más que un entretenimiento; la música sería su vocación. Los pasos fueron poco a poco. No fue hasta que echó a andar su vida universitaria cuando decidió el rumbo que quería tomar laboralmente. Con 18 años, dejó el conservatorio de Pontevedra, al que iba a examinarse por libre, para matricularse en el de Santiago. No fue la única matriculación de ese año; puesto que el cambio de conservatorio lo motivó su mudanza para estudiar Historia del Arte. No llegó a terminarla. Hubo que elegir, y la prioridad estaba clara.

«Dinme conta de que resultábame imposible levar as dous cousas o nivel que quería, así que decidín apostar polos grados superiores de Piano e Solfeo. Quedoume a ilusión de rematar Historia do Arte pero cada vez o vexo máis lonxe», explica Sonia, involucrada en una numerosa actividad laboral y curricular que la mantiene constantemente ajetreada. Es difícil calcular cuántas veces al mes cruza la frontera con Portugal, donde cursa el grado en música antigua, en la especialidad de canto, de la Escuela Superior de Música y Artes del Espectáculo de Oporto. «Vivo entre ambos países, non consigo estar nin en un sitio, nin no outro», cuenta. El próximo junio dará el recital con el que poner fin a estos estudios, pudiendo ganar algo más de tiempo para ella. O, quizás no. Si hay algo que está claro tras echar un vistazo a su formación, es que Sonia no sabe parar quieta. «Cóstame dicir que non aos proxectos que me saen porque acostúmame a gustar todo», ríe.

Su última andadura vino de la mano del Coro Liceo de Vilagarcía, en el cual se estrenó recientemente como directora. No es, sin embargo, un terreno sin explorar. Ingresó en el en 2004, bajo la dirección de Margarita Guerra, como mezzosoprano. Fue en el transcurso de esta experiencia cuando descubrió su interés por la música vocal. Lo que le llevó a realizar diversos estudios de canto y a mantener ese ritmo hiperactivo. «Solo fai falta organizarse, os resultados compensan todo», asegura. Dentro de esa agenda tan apretada que tiene, los ensayos en Vilagarcía están fijados para los jueves desde las 21.00 hasta las 22.45 horas. «Se por algún motivo perdemos un ensaio, o recuperamos o martes», explica de la función que más les gusta, la dirección de coros. «Hai unhas emocións que logras unicamente cando traballas en grupo», asegura.

A la dirección del Coro Liceo de Vilagarcía, le suma la de la Coral Polifónica de Salcedo. También la de Campo Lameiro y la de un grupo de niños con los que mezcla la música escénica con la vocal para hacer musicales. Una labor que alterna con la sustituciones como profesora de la ESO y con sus actuaciones como solista. Aunque son muchas las que tiene a sus espaldas, la interpretación de Flora en la ópera Traviata, con música de Verdi, en el coliseo e Oporto la recuerda como una «experiencia maravillosa». También trabajosa. Pero, por fortuna, es de las que disfruta de los ensayos. Mucho más que de los fogones. «Todo mi amor por la música no se refleja en la cocina», señala en alusión a la tortilla de patatas a la que solo queda darle la vuelta.

Volviendo a los calentamientos de la voz, Sonia explica que debería dedicarle entre una hora y una hora y media diaria. Pero, no siempre logra que sea así. Eso sí, «nunca pasan máis de dous días sen que faga algún exercicio». Al hablar de los ensayos, el proceso completo resulta más largo de lo que puede parecer. Comienza, explica Sonia, con la preparación del cuerpo. Desde las piernas, que para eso «sosteñen todo o corpo». A los movimientos de cabeza, hombros, control de vista... le siguen los de vocalización, compresión del texto, melodía aislada y melodía con texto. «Canto mellor coñeces un texto, máis posibilidades hai de que quede ben», explica. Por eso en los estudios que está concluyendo le exigen saber cantar en italiano, alemán, inglés y francés. Y, por eso, muchas veces apuesta por traducirlos antes de aprendérselos. No todo es subirse al escenario.