Las plantaciones de olivos ganan terreno en la comarca de O Salnés
VILAGARCÍA DE AROUSA
Cada vez más viticultores arousanos usan esta especie para diversificar sus cultivos
09 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Desde hace unos años, Galicia explora sus posibilidades como tierra productora de aceite. La idea parecía, inicialmente, exótica, pero semeja haber encajado en los proyectos de un agro empeñado -por pura necesidad- en renovarse. O Salnés es una comarca a la que los defensores del olivo no habían prestado demasiada atención. El peso específico del albariño en esta zona es tan grande que parecía imposible encontrar espacio para plantar otra cosa. Sin embargo, el olivo ha logrado abrirse paso gracias, precisamente, a gente que «tiene viñedos, pero que quieren diversificar».
Quien habla es Luis Otero, de Labralia. Su empresa da asesoramiento técnico a quienes quieren iniciarse en el mundo del cultivo de este árbol, y cada vez son más las peticiones que le llegan desde O Salnés. Explica el porqué: el trabajo de viña y olivo no se solapan en el tiempo y, de hecho, pueden resultar complementarios. Hace un par de años, los propietarios más audaces empezaron a hacer pequeñas plantaciones de prueba para obtener olivas. A estas alturas, muchos de ellos están ampliando los terrenos que dedican al nuevo cultivo y muchos otros se han decidido a seguir su ejemplo vistos los primeros resultados.
Ese efecto contagio hace que se espere que, a corto plazo, se produzca un importante aumento en el número de olivares en todo el sur de Galicia, y O Salnés no va a ser una excepción. En estos momentos, las plantaciones de este tipo de árboles, por tradición asociados al clima mediterráneo, se extienden ya desde Valga hasta Noalla y Meaño, pasando por Ribadumia, Vilagarcía... Desde Aceites Abril, que también ofrece asesoramiento a quien quiera realizar plantaciones de olivo en Galicia, aseguran estar estudiando peticiones de particulares y comunidades de montes de varias localidades arousanas. En muchos casos, se trata de parcelas pequeñas, de menos de una hectárea, aunque no faltan apuestas más ambiciosas que llegan a las diez hectáreas. En cualquier caso, en este asunto parece que el tamaño no importa si se cuidan otros aspectos. «Hay que hacer las cosas bien», señala Rubén Gutiérrez desde el departamento de agro de Aceites Abril. Porque la producción de aceituna y aceite «tiene un potencial extraordinario» pero que aún está por probar. Y, al igual que en la comarca hay muchos productores de vino que quieren diversificar sus cultivos, también hay quien quiere dedicar sus terrenos a productos con una rentabilidad económica garantizada. Quizás en unos pocos años, el olivo sea una apuesta segura.