El Xiabre padece corrimientos de tierra y rocas sin precedentes

Serxio González Souto
SERXIO GONZÁLEZ VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

Los comuneros exigen que se inspeccionen las detonaciones en la cantera de Saiar tras un desprendimiento que dañó cuatro pistas

22 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Nunca vira antes un movemento así, e son moitos anos xa no monte», asegura el presidente de la comunidad de montes de Cea y Castroagudín, Julián Abuín. El veterano comunero se brindó ayer a inspeccionar junto a varios de sus compañeros el voluminoso corrimiento de tierra y rocas que ha afectado a una de las muchas vaguadas por las que discurren las aguas de escorrentía en el Xiabre. Aseguran los miembros de la entidad que no conocen precedentes de un desprendimiento de este calibre. Y que tampoco las lluvias que cayeron con generosidad sobre la comarca a comienzos de mes, provocando cortes de luz y daños en viviendas, instalaciones públicas y galpones, explican lo que puede observarse allá arriba.

El terreno se ha visto arrastrado, formando una lengua que ha avanzado varios centenares de metros. El movimiento se ha llevado por delante todo lo que ha encontrado a su paso. Los árboles, por supuesto, pero también cuatro caminos ante los que la comunidad tendrá que tomar medidas. «O Concello de Vilagarcía xa estivo por aquí, o concelleiro de Obras, Lino Mouriño, e vannos axudar a despexar e asegurar as pistas», explican los comuneros de Cea, que gestionan una importante superficie de monte arbolado: 602 hectáreas. Podría pensarse que la tierra, desprotegida y arrasada por el fuego que asoló 91 hectáreas en Castroagudín este verano, fue fácilmente arrastrada por las lluvias. Pero la hipótesis se viene abajo al comprobar que, precisamente en este punto del Xiabre, las llamas no hicieron su aparición en agosto. «A auga ten caída nesta zona, non se puido embolsar, e ten lugares polos que correr, así que tampouco puido ser o que causou todo isto», reflexiona Abuín. El camino superior está socavado en un buen tramo, es un verdadero peligro y tendrá que ser retranqueado varios metros y trazado de nuevo, sorteando el área dañada.

Sospechas y controles

La comunidad de montes sospecha que lo acontecido puede estar relacionado con las detonaciones que se llevan a cabo en la cantera de Saiar, inmediatamente detrás del cuerno de Xiabre, ya en el territorio municipal de Caldas. «Están traballando xa moi profundo, e cremos que se ten que controlar o que están facendo», indica uno de los integrantes de la entidad vilagarciana. Los comuneros reclaman, en efecto, que se efectúen controles en la explotación. Y no solo por los daños materiales que fenómenos como este causan en el monte, sino también ante el riesgo de que se produzca un accidente grave. Cualquiera que frecuente las cumbres que dominan el fondo de la ría sabrá que un domingo de buen tiempo aquello está más concurrido que las plazas de muchos pueblos. Senderismo, ciclismo, caza en temporada, equitación y habitualmente recorridos de quad y motocicletas son las actividades más recurrentes que se practican en el monte arousano. Hacerlo sin sospechar que la tierra puede desaparecer bajo los pies constituye, obviamente, un peligro.

Para colmo de males, la liquidez económica no es, precisamente, la nota destacada entre las comunidades de montes. Este año, el retraso en el pago de las subvenciones que la Consellería de Medio Rural habilita para la limpieza, la prevención de los incendios forestales o la plantación de ejemplares merma las cuentas de este tipo de organizaciones. La razón es simple: deben acreditar que se han ejecutado los trabajos y desembolsado las inversiones correspondientes para poder cobrar las ayudas públicas. En Cea, sin ir más lejos, todavía deben percibir 25.000 euros de fondos autonómicos. El acceso a ellos es fundamental para que su labor comunitaria continúe.