Del negocio a los fogones junto a la familia

marina santaló VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

martina miser

La vilagarciana y los suyos crecieron en torno a Moto Bazar y Lanas Sinda, los comercios que fortalecieron su unión

02 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las caras que pueden verse en la cocina de la presidenta de Zona Aberta, Rocío Louzán, son prácticamente las mismas que uno se encuentra si acude a la tienda de bicicletas, Moto Bazar, que dirige con su hermana. «Normalmente, somos diez en la mesa, aumentando hasta quince en verano», explica. Una cifra tan elevada de comensales en el día a día provoca que «salvo por enfermedad o motivos puntuales, no hacemos comida especial para nadie», señala. Para la ocasión, apostó por una «receta de aprovechamiento» que aprendió de su abuela materna: fritos de arroz. Se pone manos a la obras mientras que explica el proceso de elaboración. «Se coloca en un cuenco un poco de leche, harina, sal, dos huevos y levadura para que crezca el frito», señala. Después lo bate hasta que queda una masa más bien líquida, que mezcla con el arroz blanco del día anterior para freír. De plato principal, churrasco al horno con patatas fritas.

Es una tarea que suele alternarse con su madre y asegura que es ella quien tienen más talento en la cocina. «Adquirió la misma buena mano que mi abuela», señala. Al hablar de esta última, se percibe un cariño especial. Regentaba Lanas Sinda, su nombre era Hermosinda, que pasó a manos de sus descendientes de la misma forma que lo hizo la tienda de bicicletas que cumple ahora 75 años. «De aquella se trabajaba mucho con lanas, lo habitual era que la gente se hiciese la ropa a medida y también hacían mucho para fuera», explica sobre el negocio del que destaca las noches sin dormir en los días previos a las fiestas. «En los festejos había la costumbre de estrenar y eran muchísimos encargos», cuenta. Ella sigue siendo fiel a la versión del refrán que le decía su abuela: «Quien no estrena en Ramos, no lo hace en todo el año».

Mientras su abuela se dedicaba al textil, su abuelo fundó la tienda de bicicletas que, posteriormente, pasó a manos de sus padres y que desde hace 22 años dirigen ella y su hermana. Tanto tiempo, hace que recuerde momentos de los más variados. «Hubo un año en el que llegamos a ser la tienda que más vespinos vendió en toda España», cuenta sobre la época en la que también comercializaban motos y accesorios para las mismas. Con la jubilación de su padre, decidieron volver a los tradicional: «Era complicado, necesitábamos otro tipo de infraestructuras y mecánicos especializados», relata.

Sobre la actualidad, afirma que «es un mercado en el que hay que hacer una inversión grande pero se mantiene». Indica que, desde que ella está al frente, el peor momento fue hace dos años. Un giro en el perfil del comprador es lo que está haciendo que ahora se mantengan. «Un cambio en la forma de desplazarse está provocando que más gente apueste por la bicicleta en su día a día. Antes era más una inversión por ocio», señala. Entre estos dos espacios, crecieron ella y sus primos, coleccionando un sin fin de anécdotas. Desde cuando les ponían a bobinar hasta los domingos escuchando a su tío todos juntos en Radio Galega.

De su familia sacó también ese carácter participativo que le llevó a querer formar parte de la junta directiva de Zona Aberta, la asociación de comerciantes de Vilagarcía de la que su madre fue socio-fundadora. «Siempre fuimos muy activos», relata. Una realidad que va más allá del trabajo, al haberse animado a formar parte, por ejemplo, de la Ampa del centro escolar de sus hijas. Entre las ventajas de pertenecer a Zona Aberta señala que «conoces a gente de otros sectores y ves otros puntos de vista, al tiempo que haces amistades».

Esta posición le permite poder hacer un buen dibujo de la situación en la que se encuentra el comercio local. «La existencia de tantas multinacionales provoca que sea complicado mantener un negocio porque no puedes competir en precios o distribución, algo que repercute más fuertemente en el textil y el calzado», señala. La clave para el éxito la encuentra en buscar la diferenciación y en ofrecer un servicio de atención personalizada, dos puntos que considera imprescindibles y que le hacen ser positiva: «creo que vamos a salir adelante porque es necesario un tejido comercial local que ofrezca una mayor especialización», cuenta mientras se preparan para comer.