De la cumbre del Kilimanjaro a los pies del Everest

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

cedida

Un año después de alcanzar el techo de África Araceli Oubiña escalará en el Himalaya por otra gran causa, llevar ayuda a una ONG dedicada a proteger de la explotación y violencia a las niñas y mujeres de Nepal

03 sep 2016 . Actualizado a las 08:45 h.

«Atrévome a facer cousas que antes non tería nin pensado. Estamos neste mundo tres días, e se aparecen oportunidades non debes pararte a velas, senón participar nelas, nese camiño que che presta a vida». El antes del que habla Araceli Oubiña Cacabelos se retrotrae a su mundo anterior a la dura lucha que desde marzo del 2014 se vio en la obligación de plantar frente a un cáncer de mama. De esa pelea no solo salió más fuerte, sino más viva que nunca, y con una sorprendente oportunidad ante sí de explorar sus límites. Físicos, pero sobre todo psicológicos y del alma. Como integrante del Reto Pelayo Vida alcanzó la cima más alta de África, el Uhuru Peak, a 5.895 metros enclavados en el Kilimanjaro. Lo conseguido hace ahora un año, y la satisfacción de haber servido de ejemplo a cualquier otra enferma de cáncer de mama de que la suya puede y debe ser una vida plena, «foi para min un antes e un despois». Por ello, la cambadesa afincada en Vilagarcía no dudó en volver a decir sí a un nuevo reto tachado de locura por el común de los mortales. Viajar hasta el Himalaya para acercarse al campo base del Everest, y acabar escalando el Pico Lobuche a 6.119 metros sobre el nivel del mar. Y esta vez también, con una gran causa como motivación principal. Llevar todo el dinero que el Club BTT Unaauna de Oviedo pueda reunir hasta finales del presente mes para entregárselo en mano a la asociación Maiti Nepal, una ONG volcada desde 1993 en proteger a las niñas y mujeres del país asiático de la violencia doméstica, trata, trabajo y prostitución, un infierno endémico en la zona.

Que Oubiña coja el próximo día 29 un avión hacia la capital de Nepal, Katmandú, es otra derivada de aquella primera decisión que el 20 de abril del 2015 la llevó a decir sí a su psicóloga en la Asociación Española Contra el Cáncer cuando le comentó «ao mellor che interesa isto» del Reto Pelayo. Montañista de élite, única española en completar el Proyecto 7 Cumbres-7 Continentes, consistente en escalar las cimas más altas de los continentes del planeta, la asturiana Rosa Fernández fue una de las cuatro compañeras de aventura de la arousana durante los siete días de trekking en el Parque Nacional del Kilimanjaro. Las cinco se hicieron grandes amigas, pero el imperativo geográfico solo permitió a Araceli hacer frecuentes visitas a su vecina de Oviedo. «Rosa montou o Club BTT Unaauna hai 5 anos tras contraer o cancro, para animar as mulleres a practicar deporte. Ademais de BTT fan montañismo, e en inverno comecei a saír con eles cando podía. O club fai cada ano algunha iniciativa solidaria», explica la arousana. Este tocó ayudar en Nepal. Un país más hundido si cabe tras el terremoto del año pasado, y que Rosa Fernández conoce bien tras haberlo visitado varias veces por su afición al montañismo.

Con un médico de urgencias, dos enfermeras y un fisioterapeuta en el grupo, las siete mujeres y los cinco hombres del club enrolados en el proyecto volarán con la hasta hoy única financiación de sus economías particulares el día 29 desde Madrid a Katmandú, con escala en Catar. Tras dos días de preparativos finales en la capital, un nuevo vuelo, interior, a la ciudad de Lukla, comunicada tan solo por aire. Ahí, a unos 2.500 metros, empezará la sucesión de jornadas de aclimatación a medida que los días de trekking vayan elevando la altura: Namche Bazar (3.000), Gokio y Kala Patthar (5.000) y el campo base del Everest, pudiendo observar en un punto de su camino por el Valle del Khumbu «todos os cumios máis impresionantes do Himalaya», comenta Araceli con ansia de poderlo disfrutar cuanto antes. Y al final, antes de completar dos semanas de aventura, una experiencia nueva para la cambadesa. Con dos jornadas de escalada pura y dura entre nieve para hacer cumbre en Lobuche a 6.119 metros.

No dejar escapar «estas cousas»

«Rosa dime que non vai haber moita diferenza respecto ao Kilimanjaro, agás ao final. Pero para iso só teño que aprender a rappelar neste último mes». Con la «alegría» y «nostalxia» de la cercanía del primer aniversario de su proeza africana, Araceli vuelve a volar a pie. «Por coñecer un país e unha cultura novas, por unha causa solidaria, e porque me pasou por diante; e agora, cando estas cousas pasan por diante, penso que hai que aproveitalas».