Las empresas exigen un perímetro que blinde O Pousadoiro contra los incendios

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

martina miser

Solo en una compañía química se almacenan seis mil litros de alcoholes que podrían haber provocado una auténtica catástrofe

10 ago 2016 . Actualizado a las 17:47 h.

Tras dieciocho horas ardiendo, la Xunta lenvató ayer, hacia el mediodía, el nivel de alerta 2 en el incendio que asoló Xiabre. Ya hacia la una de la madrugada las llamas habían dejado de amenazar Castroagudín para avanzar hacia el sur. Por aquel entonces el fuego había saltado la carretera que comunica Vilagarcía con la AP-9 para internarse en la parroquia de Rubiáns. El hecho de que nadie bajase la guardia hasta el amanecer e incluso más allá tiene mucho que ver con el riesgo cierto que se cernía sobre el polígono industrial de O Pousadoiro. Es más, los bomberos tuvieron que volver por la tarde a atajar los últimos reductos de la voraz catástrofe, reavivados por un viento incesante y fatal. En este lugar funcionan once empresas. Varias de ellas almacenan material delicado, altamente inflamable. Su portavoz, Joaquín Santamarina, levanta una voz preocupada para reclamar, de una vez, la creación de un perímetro de seguridad que blinde el parque frente a esta amenaza.

«Chega con pensar en Kemegal e nos produtos químicos cos que traballa para poñerse a tremer; cando os servizos de emerxencia e de seguridade, que traballaron moi ben, nos fixeron baixar eu case daba xa por perdido todo», señala el empresario. Pero los seis mil litros de alcoholes que almacena esta nave, explica Santamarina, son solo un ejemplo. DS Smith es una cartonera. Él mismo regenta una compañía que fabrica palés de madera. «Nós mantemos limpo o interior do polígono, pero está rodeado de vexetación e maleza que mesmo agocha os sinais de tráfico e constitúe un verdadeiro perigo», añade. La sociedad autonómica Xestur, que desarrolló esta superficie empresarial, le asegura al colectivo que debe ser el Concello quien acometa ese cinturón de seguridad privado de vegetación. «Hai dúas semanas dirixímonos por escrito a Ravella solicitándoo -concluye- e mesmo temos un orzamento que indica que acometer unha primeira limpeza de choque costaría 9.000 euros».

Nadie discute que la culpa de todo esto es de quienes prenden la mecha. Pero el papel institucional en materia de prevención se antoja muy mejorable. Así lo señalan las comunidades de montes de Cea y Saiar, que han visto cómo se destruían 290 hectáreas. Ambas llevan tres meses esperando que Medio Rural resuelva la concesión de subvenciones para poda, limpieza y erradicación de especies dañinas. A este paso no hará falta.

Las comunidades llevan tres meses esperando las ayudas en materia de prevención