El Concello priva de terrazas a los bares de Ravella para la Festa da Auga

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

óscar vífer

La inesperada medida, adoptada para colocar hinchables, indigna a los hosteleros, a los que la decisión no fue notificada hasta ayer

09 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace años, es habitual que el Concello de Vilagarcía incluya en el programa de San Roque una serie de actividades infantiles englobadas bajo el programa del Club dos Superroquiños. Una de ellas tiene que ver con la celebración de la Festa da Auga y se traduce en la colocación de hinchables, toboganes y otros elementos de animación bajo la coordinación de un grupo de monitores. El emplazamiento que normalmente se escogía para este equipamiento era la amplia explanada exterior de la plaza de abastos. En esta ocasión no sucederá así. En una decisión inesperada, la concejalía de Cultura acaba de anunciar que todo ello se desplegará en la calle Ramón y Cajal y en el entorno de los jardines de Ravella. A costa, eso sí, de las terrazas de los establecimientos hosteleros que abren sus puertas en esta céntrica área del casco urbano.

La notificación no les fue entregada a los responsables de los bares afectados hasta ayer por la mañana, apenas siete días antes del día grande de las fiestas patronales. «Con motivo da realización da actividade encadrada na programación das Festas de San Roque, entre as 12.30 horas e as 14.30 horas, non se poderán colocar terrazas de locais de hostalería dende primeira hora da mañá ata unha vez rematada a actividade e retiradas as atraccións». Esto es, literalmente, lo que figura en la comunicación que cogía por sorpresa, uno por uno, a los titulares de los seis establecimientos afectados. «Non entendemos nada de nada, o día de San Roque é unha das datas nas que podemos aproveitar para traballar coas nosas terrazas, e resulta que non nos deixan por poñer uns hinchables», lamentaba ayer, visiblemente indignado, el propietario de uno de los bares.

La notificación tardía de semejante decisión trae aparejados daños colaterales importantes. Varios de los locales, acostumbrados a servir ese día bocadillos y comidas, se han pertrechado ya de productos que, privados de las mesas y sillas exteriores, probablemente se queden en el almacén. En algunos casos, los hosteleros habían cerrado ya mesas para grupos, que ahora obviamente se ven en el aire. Nadie se explica, en definitiva, esta medida.

Sobre todo porque el entorno de los jardines y la calle Ramón y Cajal no están comprendidos dentro de la zona húmeda. Este es un espacio que podría denominarse de transición, donde una buena parte de quienes cada año acuden a la Festa da Auga encuentran un lugar de descanso entre incursión e incursión hacia el epicentro del festejo. «No entendemos a quién se le ha ocurrido esta idea, porque en el centro de Vilagarcía hay muchos lugares en los que instalar estas atracciones sin perjudicar a nadie», concluyen los hosteleros.