Pulpo al aroma del Misisipi para una gran Romaría Blues

VILAGARCÍA DE AROUSA

. mónica irago

Músicos y público pueden compartir blues y buena mesa en A Peixería antes de que Keith Dunn ponga el broche al festival

24 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La legendaria armónica de Keith Dunn y la música brillante de los Travellin Brothers pondrán esta noche el broche a tres jornadas en las que Vilagarcía ha respirado por y para el blues. Ocurrirá a eso de las diez, en el escenario principal de la Alameda para, a continuación, conducir la madrugada hacia la gran «jam session» que A Peixería acogerá como fin de fiesta. Con ser mucho, el programa da para bastante más. Para empezar, la ucraniana Djane Rosa Lee, también conocida como Leanna, impartirá un taller de baile en el auditorio. Se trata de la única actividad de pago en Vilablues, apenas 5 euros.

Conciertos al margen, el domingo, víspera del Día de Galicia, reserva una propuesta de peso para todos quienes deseen conocer de cerca a los músicos que han protagonizado el festival. Habrá una «jam session», con la Vilablues Band como conductora, pero en esta ocasión a cubierto, en la plaza de A Peixería, rodeada de buena gastronomía. Es la Romaría Blues, que permitirá degustar el pulpo de Oito, premiado nada menos que en San Froilán, el porco celta en «terijaki» y varias recetas que acercarán los sabores del Misisipi a la capital arousana.

Premio para el embajador

Habrá sorpresas, mucha música, baile, la presentación de algún que otro proyecto y, por encima de todo lo demás, la elección del primer galardón del festival. Un premio que será entregado a quien, a partir de mañana, ejercerá como embajador de Vilablues allá por donde le lleve su música. Aunque no ha salido a relucir el nombre de nadie, y en este asunto hay un buen número de candidatos, algo le dice a uno que el elegido toca la armónica como un huracán y cuelga la gorra en algún lugar de Boston.

El bueno de Keith Dunn presenta esta noche a su banda, pero él, en realidad, se estrenó ya en Vilagarcía el viernes, en O Castro. Es lo que sucede con esta gente. A poco que escuchen un par de compases no hay manera de quitarles de la cabeza la idea de ponerse a tocar. Keith y su impresionante armónica repitieron su incursión ayer, a mediodía, en Romero Ortiz. Él y Dorrey Liles, convidada de lujo de Marcos Coll, arroparon en un par de temas a Edu Manazas, que no se dio ninguna prisa a la hora de arrancar la sesión vermú. Alguien que se acerca a un escenario con los mismos andares que John Wayne en «Centauros del desierto» solo puede ser una máquina o haber padecido una noche tormentosa. Su guitarra demostró que lo primero, desde luego, es así. Del resto, ni idea. Cuando se le sumó el resto de la banda, para qué seguir contando. Eso hay que vivirlo, amigos. Y hoy es el día.