El PP busca otro líder en Vilagarcía

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MÓNICA IRAGO

Rueda considera que el tiempo del exalcalde ha pasado, pero Fole no parece dispuesto a ceder el control del partido sin dar guerra

05 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre los libros que conviene tener a mano figura un curioso tratado que, a caballo de los siglos XIX y XX, fue escribiendo el implacable y ácido periodista estadounidense Ambrose Bierce. Nuestro hombre, acreditado escéptico, decidió poner fin a sus aventuras entre disparos y soflamas. Así que un buen día, ya talludito, cruzó la frontera mexicana para sumergirse a fondo en la revolución que comandaban Zapata y Pancho Villa. Nunca se le volvió a ver. El caso es que Bierce pudo concluir El Diccionario del Diablo unos años antes de hacer tan contundente mutis por el foro. Entre las entradas correspondientes a la letra C se encuentra la siguiente definición: «Conservador, adj. Dícese del estadista enamorado de los males existentes, por oposición al liberal, que desea reemplazarlos por otros».

Que el Partido Popular sea una formación conservadora no excluye que, de vez en cuando, experimente un arranque liberal, en el sentido bierciano del término, y busque renovar sus propias estructuras. Como cualquier organización política, por otra parte. Este tiempo de ser liberal parece haberse instalado en el PP de Vilagarcía después de trece años de conservadurismo interno encarnado en la figura de su presidente, Tomás Fole.

Esta es, al menos, la convicción a la que ha llegado la nueva dirección provincial, que comanda Alfonso Rueda. Él mismo lo expresó de manera elocuente en su reciente visita a la sede de la calle Castelao. La capital arousana es una de esas plazas en las que la gaviota salió noqueada de las últimas elecciones municipales. Rueda clamó por una imprescindible unidad para remontar el vuelo. Algo que se antoja verdaderamente complicado ante las muchas heridas abiertas bajo el prolongado mandato de Fole, por las que todavía se desangra el PP local. La consecución de la alcaldía, en el 2011, pudo ser el bálsamo de Fierabrás que los conservadores necesitaban para curarse de tantos tropiezos en dos décadas de agotadora carrera en pos del bastón de mando. Sobre todo tras la rotunda victoria que su candidato había cosechado sobre Javier Puertas y el louzanismo apenas un año antes. El tiempo y un buen puñado de erráticas decisiones se encargaron de demostrar a partir de entonces que en aquella legendaria jornada electoral hubo más de espejismo que de triunfo providencial.

Los nombres de siempre

Así fue como los populares se estrellaron contra las urnas, cuando en su hoja de ruta habían trazado una esplendorosa concatenación de mandatos, rota por fin la secuencia de victorias socialistas en la ciudad. Rueda, que curiosamente accedía a la secretaría xeral del PPdeG en el momento en que Fole se enfrentaba a su primera gran crisis interna -la dimisión de tres de sus cinco concejales en el 2006-, tiene bastante claro que, consumado el fracaso, la única forma de devolver el pulso ganador a su partido pasa por renovar la ejecutiva. Pero, por encima de todo, a su presidente. La gaviota busca, en definitiva, un relevo por todo lo alto en la capital arousana.

La pregunta del millón, claro está, apunta a la identidad del llamado o la llamada. Las quinielas se nutren de nombres bien conocidos. El de Marta Rodríguez Arias, vicepresidenta 1ª del Parlamento de Galicia, es, inevitablemente, uno de ellos. También la opoción de José Juan Durán, vilagarciano de adopción y presidente de Portos de Galicia, se deja oír. Sin perjuicio de que los tiros acaben yendo por otro lado, que en estas lides nunca se sabe.

Pero hará mal quien confíe en una retirada sin más de Fole. El exalcalde parece muy dispuesto a presentar batalla y cabalgar, una última vez, al frente de su propia candidatura para el congreso que será convocado en los próximos meses. Con muy mala leche, Bierce definió el futuro como la «época en que nuestros asuntos prosperan, nuestros amigos son leales y nuestra felicidad está asegurada». Recordando los navajazos del 2010, más de uno tiembla ante la perspectiva de que ese porvenir se dirima entre dos listas.

la cosa política

Algunos tiemblan recordando los navajazos del 2010 y la perspectiva de dos candidaturas

Marta Rodríguez o José Juan Durán forman parte de la cantera de siempre al hablar de futuro