Avendaño pone a los jóvenes frente al espejo de la historia

VILAGARCÍA DE AROUSA

Avendaño habló sin tapujos sobre la droga, las muertes y los miedos vencidos
Avendaño habló sin tapujos sobre la droga, las muertes y los miedos vencidos . m. miser

Fiel a su estilo claro y directo, la mujer llevó a los adolescentes a aquella Galicia en la que la droga mataba a los jóvenes

26 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Carmen Avendaño? Ayer, a primera hora de la mañana, ese nombre no habría dicho gran cosa a muchos de los estudiantes del instituto Castro Alobre. La mujer que encarnó la lucha contra el narcotráfico en Galicia iba a visitar ese centro para contar su historia a unos adolescentes para los que todo aquello les resulta lejano, extraño, ajeno. El acto había sido organizado por un grupo de alumnos a los que el profesor de Filosofía, José González, había encargado investigar sobre las drogas y la exclusión social.

Carmen Avendaño fue fiel a su estilo directo, claro, contundente. Su historia dejó perplejos a los alumnos, algunos de los cuales parecían no dar crédito a la Arousa que retrataba su invitada. «¿Por qué antes el gobierno permitía tanto narcotráfico?», preguntó perpleja la primera estudiante que tomó la palabra.

«Porque vivíamos en una democracia nueva, que no tenía capacidad para saber lo que estaba pasando en la sociedad. Y porque los narcotraficantes estaban muy justificados socialmente, básicamente por el dinero», respondió Avendaño. Y recordó aquella vez en que, en una encuesta escolar, los rapaces de un municipio de la comarca declaraban que, «de mayores querían ser contrabandistas».

De la risa al silencio

Semejante afirmación arrancó primero unas risas. Pero en cuanto la gravedad de la anécdota caló en el espíritu de los estudiantes, el jolgorio cesó. Y el silencio se hizo más denso aún cuando Carmen les dibujó, con crudeza, el «exterminio» del que fueron víctimas muchos jóvenes que se tropezaron con un problema, la droga, que nadie sabía ni detectar, ni solucionar. «Afortunadamente, ahora el problema no es tan dramático. Se suele detectar antes y las familias saben que hay medios. No hay tantas muertes. Yo he llegado a ir a tres o cuatro entierros en una semana. En Vilagarcía he venido a unos cuantos», narró Carmen.

La Arousa que era

Aquel relato pareció estremecer a los estudiantes, que también siguieron con atención los documentales que se proyectaron durante la sesión. Uno de ellos era un reportaje sobre la gran manifestación contra la droga que en 1993 recorrió Vilagarcía. Una señora mayor hablaba a la cámara con un marcado acento y muchos aspavientos. La risa que empezaba a bailar en algunos labios se convirtió en mueca cuando oyeron lo que contaba: un año antes su hijo había muerto por sobredosis.

Haciendo sus preguntas, los rapaces se enfrentaron a una historia que, también, es la suya. Y se armaron para vivir en un mundo en el que sigue habiendo que estar alerta.