La oferta de empleo público hace que las academias se llenen de opositores

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Los centros de referencia para Pontevedra y O Salnés duplicaron los alumnos

13 abr 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras los duros años de la crisis, con la oferta de empleo público por los suelos, las academias, otrora llenas de opositores, se quedaron a medio gas, llegando algunas a cerrar sus puertas. Las que sobrevivieron, empiezan a ver la luz al final del túnel. No en vano, al preverse un aumento considerable en la oferta de trabajo público -este año, por primera vez desde que se inició la recesión, las Administraciones pueden convocar al 100% las vacantes por jubilaciones- los opositores han regresado a las aulas. En los centros de Pontevedra que forman para presentarse a estos exámenes, de referencia para toda la comarca pontevedresa y también para O Salnés -la academia para preparar oposiciones que había en Vilagarcía cerró-, cifran en un 50 % el aumento de alumnado.

Da igual en qué centro se pregunte. Desde academias como Ara Formación, Postal, Alfer o Paufer responden con una misma voz: a finales del 2015 empezó a incrementarse el número de opositores y en los primeros meses del 2016 no ha dejado de crecer. En algunos centros se están haciendo todavía grupos para las distintas oposiciones, bien estatales, con la Guardia Civil y la Policía Nacional como referencia, bien para la Xunta, el Sergas o las policías locales. En otras academias incluso hay ya lista de espera para acudir a clases de determinadas materias. Hay alumnos que no encuentran clases fácilmente porque lo que buscan es acudir a ellas los fines de semana, ya que compatibilizan el estudio con un trabajo.

La edad no importa

Es difícil saber la edad media de los opositores. «Si es para Guardia Civil o Policía Nacional son jóvenes, pero para otras cosas, como PSX o celador, hay gente de todas las edades. Hay muchas personas que se agarran a un clavo ardiendo y que, ante situaciones de paro prolongado, se ponen a estudiar una oposición. El problema es que a veces les supone una carga económica importante», señalan desde una academia.

Precisamente, al hablar con distintos opositores que acaban de empezar a hincar los codos en centros pontevedreses uno de los asuntos que sale a relucir es el desembolso que supone. «Tes que pagar a academia, e os desprazamentos. Eu son de Cuntis e veño a Pontevedra todos os días», dice un aspirante a Guardia Civil de 22 años, que se paga los estudios con lo que ganó previamente trabajando en una fábrica de aluminio.

«Hay que estudiar entre cuatro y seis horas cada día»

Francisco Rial dirige la academia Ara Formación, uno de los centros de referencia en Pontevedra para preparar oposiciones. Reconoce que en su negocio no se puede formar uno para todos los empleos públicos. Y lo explica: «Yo creo que es necesario especializarse en lo que uno es bueno y considera que puede lograr aprobados y que la gente a su vez consiga plazas». Así que en Ara formación se centran en oposiciones como las de la Policía Local -y en general la administración municipal-, algunas concretas de la Xunta y las de Justicia.

-¿Notaron un repunte importante del número de alumnos?

-Por supuesto que sí. En algunas oposiciones en las que somos referencia, como las de Policía Local, duplicamos los alumnos.

-¿Cuánto tiempo es necesario, de media, para preparar una oposición, basta con estudiar los seis meses antes del examen?

-No, en seis meses no se prepara una oposición. Hace falta como mínimo un año y con ayuda de una academia. Y cuando ya está convocada hay que estudiar entre cuatro y seis horas al día.

-¿Opositan más los jóvenes o hay estudiantes mayores?

-Yo creo que antes había más jóvenes y que con la crisis y el paro aumentó un poco la edad, situándose en torno a los 40 años. Se trata de opositores muy buenos porque tienen muy claro lo que quieren. Vienen con objetivos muy marcados y no cometen errores de juventud. Es una maravilla trabajar con ellos, aunque con los jóvenes también, por supuesto. Lo importante es ser constante con el estudio.

-¿Notan que hay opositores a los que le cuesta pagar la academia?

-Sí, claro que lo notamos. Hay gente a la que le cuesta muchísimo gastarse los 80 o 100 euros que le puede costar la academia dependiendo de las horas que contrate o lo que estudie.

-¿De dónde son los alumnos?

-En nuestro caso, que tenemos unos cien, vienen de toda la comarca de Pontevedra, de muchos sitios de O Salnés o de lugares aún más lejanos, como Arbo.

«Quiero ser Guardia Civil, me encanta»

Alba Freire tiene un sueño laboral muy claro a sus veinte años: «Quiero ser Guardia Civil, me encanta. Es algo que siempre me tiró mucho, me gusta que se trate de un cuerpo militarizado». Antes de ponerse manos a la obra con las oposiciones, tarea en la que lleva unos meses, cursó un ciclo superior de técnico de laboratorio. Es de Vilagarcía y viaja dos días a la semana a Pontevedra para acudir a la Academia Postal. A mayores, intenta dedicarle como mínimo una o dos horas al estudio cada tarde. Tampoco descuida la preparación física: «Hago atletismo y entreno todos los días, así que esa parte creo que la llevo bien». Las clases y el temario le están pareciendo difíciles. Pero se le ilumina la cara al pensar en vestir el uniforme verde: «Ojalá lo consiga», dice.

Alba Freire Técnica de laboratorio arousana

«Las preparé por primera vez hace quince años»

Natural de Madrid pero vecina de Poio desde hace años, Míriam González, que es Graduada Social, sabe bien lo que es enfrentarse a una oposición. «Hace quince años que empecé a prepararlas en serio. Lo que pasa es que luego siempre trabajé en la Administración. Llegué a aprobarlas una vez, pero no tuve plaza», cuenta. Ahora, vuelve a chapar. Lo hace para intentar conseguir un puesto en el Sergas. No tiene pelos en la lengua a la hora de apuntar el gran mal del empleo público: «Dependiendo a qué plaza te presentes pueden pasar ciertas cosas. En ofertas de empleo público grandes no, pero cuando hay plazas muy concretas puede pasar que estén dadas de antemano». Dice también que los funcionarios deberían tener el sueldo en base a objetivos.

Míriam González Graduada social de Poio