Una excavación para poner el foco en el olvidado castro Alobre

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Los trabajos comenzaron ayer y se prolongarán durante los cuatro próximos meses.
Los trabajos comenzaron ayer y se prolongarán durante los cuatro próximos meses. mónica irago< / span>

Alumnos de Vilagarcía podrán conocer los trabajos en directo

02 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tan cerca y tan lejos. El castro Alobre, pese a encontrarse a unos cientos de metros del centro de la localidad, es uno de los grandes olvidos históricos de Vilagarcía. Excavado por primera vez en 1914 ha atravesado por distintas fases hasta acabar convertido en un lugar al que ni es fácil llegar ni, quizás, merece la pena acercarse por su estado actual. Con el objetivo de cambiar esa situación comenzaron ayer una nuevas excavaciones. Se trata no solo de buscar más hallazgos; también de poner en valor lo que se puede encontrar. De ahí que algunas de las partes fundamentales que se van a afrontar en estos trabajos sean la instalación de elementos adecuados para facilitar la circulación de los visitantes por el yacimiento, la instalación de elementos explicativos que contribuyan a explicarlo y también la iluminación del área de intervención.

Las excavaciones que comenzaron ayer están financiadas por la Diputación de Pontevedra y se incluyen en el proyecto que tiene el Concello para la zona, con el acondicionamiento del parque de O Castriño y la mejora de los accesos como puntos imprescindibles. Además, está previsto que se realice un proyecto de musealización que financiará el ministerio de Fomento y que se ejecutará justo cuando concluya la campaña arqueológica.

La zona de actuación de los trabajos que ayer comenzaron partirá de los restos que se pueden ver a simple vista -lo que en su momento fueron dos cabañas castrexas y una estructura romana que se identificó como una fábrica de tejas- y desde allí se avanzará hacia la zona que linda con el colegio Sagrada Familia. Es decir hacia donde estaban unos eucaliptos que fueron talados en su momento.

El equipo

El equipo que comenzó ayer los trabajos está formado por una docena de personas: tres arqueólogos, ocho auxiliares y un restaurador. Un grupo que se irá incrementando paulatinamente con más personal a medida que la empresa contratada por la Diputación concluya los trabajos que está realizando en Santa Tegra. Durante las excavaciones, el Concello organizará visitas guiadas por técnicos para los colegios y, además, incorporará el lugar como uno de los recursos a visitar en los itinerarios turísticos.

Dieciocho mil piezas salidas de O Castriño están depositadas en el Museo de Pontevedra

La que ayer comenzó es la séptima campaña de excavaciones que se realiza en el Castro Alobre. Los primeros trabajos se realizaron en 1914, cuando se encontraron restos de mosaicos y de esculturas romanas. La hipótesis que han dejado tantos años de trabajos es que en la zona hubo un castro habitado, que se originaría en el año V a. C. y se extendería hasta un momento indefinido de la época romana. De hecho, una de las cuestiones que los investigadores van a tratar de conocer es saber cómo se produjo esa transición, «si fue un fenómeno brusco o paulatino», explicaba hace unas semanas Rafael Rodríguez, el arqueólogo de la Diputación, a La Voz.

Las relaciones comerciales

Tantos años de excavaciones han dado también para que se produjeran numerosos hallazgos. Dos son los principalmente reseñables. Se trata de un ara romana, dedicada a Neptuno, y una fíbula, que es la pieza con que se prendían las túnicas, de Navicella. La presencia de esta pieza da pistas sobre las relaciones comerciales que mantenían los habitantes de las Rías Baixas con el Mediterráneo. Tanto estas dos, como las otras dieciocho mil piezas que han salido de O Castriño, se encuentran depositadas en el Museo de Pontevedra.

El castro Alobre, según explican los datos recopilados, era de un tamaño importante y estaba fortificado. Era, según sostiene Rodríguez, un lugar de un gran valor geoestratégico y perfectamente visible desde el mar. El hecho de que esté situado muy cerca de lo que ahora es el centro urbano contribuye a darle un plus de importancia e interés como elemento divulgador de la cultura castrexa que hasta ahora no ha sido tenido muy en cuenta.