La interinidad del Gobierno retrasa la ejecución de proyectos en la ría

Susana Luaña Louzao
susana luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

Los alcaldes se quejan de que no tienen interlocutores con los que despachar en Madrid, ni en Costas ni en Fomento

12 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las elecciones generales fueron el 20 de diciembre, hace casi un mes, pero desde un trimestre antes, como ocurre siempre que hay comicios en lontananza, ya el Gobierno central trabajaba de forma interina, sin sacar adelante nuevos proyectos que pendían del resultado de las urnas. Pues bien, las urnas hablaron pero no aclararon cuál va a ser el color del futuro Gobierno de España; solo dijeron que difícilmente va a ser monocolor, como ocurría hasta ahora. Y en esa situación, todo el que tenía un asunto pendiente en Madrid, sigue con él bajo el brazo a la espera de que se sepa con quién tiene que hablar.

Eso afecta a un buen número de proyectos pendientes de resolverse en la comarca. Sobre todo en Vilagarcía, pero no solo en la ciudad arousana: la estación intermodal que necesita Arousa para completar el diseño de su tren del futuro, el derribo del acuario y del palafito de A Compostela, el arreglo del paseo marítimo de Vilagarcía o los núcleos afectados por la Ley de Costas deberán seguir esperando a ver quién se sienta en Moncloa para pedirle audiencia.

En el caso del derribo del acuario, parecía que el camino estaba allanado y que se llevaría a cabo antes de que finalizase el 2015, pero fue Costas precisamente quien a última hora solicitó la redacción de un proyecto que ya ha sido publicado en el Boletín Oficial de Pontevedra, pero ahora quedan veinte días de exposición pública. Una vez transcurridos, si no hay alegaciones, debería rematarse lo que ya se empezó, pero queda la incógnita de saber a quién se le piden después responsabilidades.

Y como con el acuario, otro tanto ocurre con el palafito, el mirador de madera de A Concha que también está pendiente de derribo por tratarse de una estructura deteriorada y peligrosa. El gobierno vilagarciano había previsto, además, aprovechar la buena relación que mantiene con la delegada provincial de Costas, Cristina Paz-Curbera, para incluir también en ese lote el arreglo de las baldosas del paseo marítimo de A Compostela, degradado por el paso del tiempo y la falta de mantenimiento. Pero todo ello ha quedado aparcado desde las elecciones, porque Madrid tiene mucho que decir al respecto y, de momento, no se sabe quién debe decirlo.

Alberto Varela se quejó hace unos días de esa situación de interinidad. Lo hizo refiriéndose a la petición que quiere cursar ante Fomento para que Vilagarcía no quede al margen de las estaciones intermodales que se están construyendo en Galicia. El regidor pensaba dirigirse a la Consellería de Infraestruturas e Vivenda y al Adif, pero no sabe si habrá relevo a no al frente del Ministerio de Fomento, que es quien reparte el dinero. Por no hablar ya de la continuación del carril bici hasta Vilaxoán, proyecto que lleva años dormido.

Núcleos costeros

También los vecinos del litoral afectados por la Ley de Costas llevan años esperando por una solución para sus inmuebles. De momento, O Grove y Cambados se han sumado a un programa de ayudas de la Xunta para regularizar los núcleos tradicionales, una iniciativa del Gobierno autonómico que ofrece también asesoramiento para lidiar con una compleja tramitación que fue en buena parte responsable de que hace unos meses todas la peticiones llegadas de la comarca fueran rechazadas. También aquí el Gobierno central tiene la última palabra, pero no tiene quién la diga.