No hace falta pensar demasiado para encontrar el principal obstáculo que entorpece la imprescindible ampliación de la depuradora de aguas residuales de Vilagarcía: la cuantiosa inversión que un proyecto así requiere.
La última actuación de calado que se llevó a cabo en la estación de Ferrazo se remonta ocho años en el tiempo. Espina & Delfín empleó en ella 307.000 euros. La instalación de un desarenador automático y de agitadores para frenar la sedimentación de residuos en los bombeos, dispositivos impulsores de materia grasa, mezcladoras, dosificadoras y una nueva línea de media tensión para dar servicio a la planta se hicieron realidad entonces, aunque hoy no son ya suficientes.
De aquel año data, también, el primer anuncio sobre la ampliación de las instalaciones. Lo hizo el entonces conselleiro de Medio Ambiente, el socialista Pachi Vázquez, tras un encuentro de trabajo con su compañero de partido, Javier Gago, que vivía sus últimos meses en la alcaldía. Además de incrementar la capacidad del complejo, el departamento autonómico se comprometía a renovar los castigados colectores del sistema de saneamiento. El proyecto, sin embago, jamás se materializó.
El cambio de gobierno en la Xunta trajo consigo nuevas ideas al respecto. Así se produjo el segundo anuncio. El hoy portavoz del PP en Santiago, Agustín Hernández, mandaba en la consellería. En el verano del 2013 se comprometió a invertir en Vilagarcía once millones de euros para erradicar los vertidos a la ría. Tampoco se llevó a cabo. Esto es, precisamente, lo que ahora reclama el nuevo regidor, Alberto Varela.