La comarca enarbola sus victorias laborales en un lluvioso 1 de mayo

Susana Luaña Louzao
susana luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

Los trabajadores de Lantero y Cuca insistieron en que la lucha obrera da resultados

02 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Al mediodía, la hora de la cita sindical, llovía a chuzos por las calles de Vilagarcía, y los representantes de los sindicatos no se las tenían todas consigo. «Co que levamos traballando toda a semana...», se quejaba una sindicalista de la comarca. Hubo incluso bromas al respecto. «E que están os de Lantero, e se están os de Lantero, chove». Pero aunque con retraso, porque las viejas tradiciones nunca mueren, las dos manifestaciones convocadas en Vilagarcía -una con salida de la Casa del Mar y organizada por la CIG y otra en Ravella, la de UGT y CC.OO.- fueron engordando, hasta alcanzar el medio millar de personas. Una cifra más que razonable teniendo en cuenta todo lo que había en contra: el puente, el mal tiempo y la división sindical.

La manifestación de los sindicatos mayoritarios partió inicialmente sin pancartas y con las bocas tapadas en señal de protesta por la ley mordaza. Tres fueron los colectivos protagonistas: los trabajadores de Lantero, las mujeres de Cuca y los bomberos de O Salnés, que llevan semanas en una huelga invisible porque los servicios mínimos coinciden con la mínima plantilla. Pero ayer se hicieron ver con sus uniformes para reclamar más medios de emergencias y que sus condiciones laborales se equiparen con las de los bomberos de los parques públicos. «Agora somos os rescatadores os que pedimos que nos rescaten», se lamentaron, y solicitaron a todos los asistentes que el día 15 acudan a la manifestación que todos los bomberos de los parques privatizados celebrarán en Santiago.

Tras un recorrido más corto que de costumbre, la manifestación de UGT y CC.OO. finalizó en Ravella mientras que la de la CIG desembocó en la plaza de Galicia, con proclamas a favor de convenios dignos para la comunidad y «por unha Galiza soberana». Y si las victorias sindicales de Lantero y Cuca sirvieron en la primera para afirmar con rotundidad que la lucha obrera da resultados, el colectivo de emigrantes fue el protagonista de la segunda, que lamentó el abandono al que los somete la tierra por la que lo dieron todo.

Primero en la plaza de Galicia y después en la de Ravella, con quince minutos de diferencia, sonó la Internacional, ese himno que proclama la unión de toda la clase obrera.