Jacobo y Adrián Camiño fueron los dos jugadores amonestados en el túnel de vestuarios por el colegiado del encuentro. Sobre el primero recayeron todas las miradas y muchas de las culpas en el contrario. El granate, al día siguiente del encuentro, aseguró que «lo que realmente les dolió fue la derrota y la forma en la que se produjo. Yo solo celebré el gol, pero lo cierto es que ya es agua pasada y todo se queda en el campo, porque esto es fútbol».
El mediocentro quiso quitar hierro al asunto y aseguró que «en ningún momento mi intención fue faltarle el respeto a nadie», aunque entiende que «ellos estaban enrabietados por cómo se resolvió el partido y por la derrota».
El propio futbolista reconoce que no hubo conversación posterior con el capitán del Arousa, Adrián Camiño, porque «tampoco hace falta», ya que para él se trata de un asunto ya finiquitado.
Este periódico trató ayer sin éxito de contactar con Adrián Camiño para conocer su versión de un episodio que empaña la imagen de dos clubes señeros.