Un «pongo» vintage

Manuel Blanco

VILAGARCÍA DE AROUSA

14 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El gobierno local de Vilagarcía es una fuente inagotable de sorpresas. La última, su intención de trasladar el obelisco de la plaza de la Constitución a la de Galicia amparándose en una supuesta petición popular de la que nada se sabe. Cualquiera que pasee un poco por Vilagarcía y se informe medianamente del estado local de las cosas podrá constatar que esto del obelisco no forma parte, ni de lejos, de las inquietudes y deseos de los vilagarcianos. Gobernar no es improvisar, vivir a golpe de ocurrencias más o menos afortunadas. Gobernar es diseñar un proyecto, pensarlo, ejecutarlo...

Plantar en mitad de la plaza más concurrida del municipio un monolito como ese es una aberración estética y urbanística que solo se puede plantear si el desnorte alcanza ya límites hilarantes. Apelar a la historia para justificar el traslado es un argumento tan burdo como falto de peso. Puede que en el pasado el obelisco encajase con la identidad de la zona, pero hoy es poco menos que un elefante en una cacharrería. Si los concellos ubicasen todos sus ?pongo? vintage en las zonas en la que algún día estuvieron, el feísmo patrio alcanzaría cotas surrealistas. El eje Castelao-Plaza de Galicia-Rey Daviña se ha configurado como un espacio diáfano, abierto, que invita al esparcimiento. Probablemente lo más presentable de Vilagarcía. Afearlo con una nueva ocurrencia era lo que nos faltaba para rematar la faena. Ojalá se imponga el sentido común.