Los lastres de la construcción: falta de personal y de materiales

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VALGA

Martina Miser

Plantillas mayores y sin relevo preparado; problemas para conseguir madera, piezas de fontanería... La resurrección del ladrillo está envuelta en sus propios problemas

15 oct 2022 . Actualizado a las 20:29 h.

Este debería ser un buen momento para el sector de la construcción: el mercado, al menos en Arousa, tiene hambre de obra nueva. La gente tiene ganas de cambiarse de casa o, al menos, de cambiar el lugar en el que habita para hacerlo más cómodo, luminoso, aireado. Hay proyectos de nueva construcción, se plantean rehabilitaciones, se impulsan reformas... El mercado del ladrillo comienza a recuperar una cierta viveza, pero el bullicio y el empuje que se perciben por un lado, chocan contra una realidad terca, que está complicándole las cosas a las empresas del sector. José Manuel, que dirige una constructora, expone el problema de una manera directa y rotunda. «Na miña empresa somos 26 obreiros. Quince teñen máis de cincuenta anos. E o resto non son moito máis novos. En quince anos non teño xente, porque non hai quen queira vir traballar», dice. Ya no es que falte mano de obra con experiencia, profesionales de esos que saben manejarse en todas las fases de una obra, que hacen de todo y lo hacen bien. «Diso non hai. Pero é que tampouco hai xente sen experiencia que queira vir para a obra. A xente nova non quere saber nada da construción», explica José Manuel Portas. Su versión coincide con la de la empresa Construferga, de Portonovo, donde también buscan peones sin experiencia, de momento sin demasiado éxito. ¿Habrá que buscar esa falta de interés en las condiciones laborales? Hay quien apunta en esa dirección y hay quien la descarta. «Os soldos netos que nós pagamos andan entre los 1.250 e os 1.450 euros; non é un mal salario. E o traballo non é tan duro como era hai anos».

Por si la falta de manos no fuese suficiente para lastrar la reactivación de la construcción, para frenar la atención a una demanda creciente, ahora se encuentran los empresarios con un nuevo problema: las dificultades para hacerse con los materiales y suministros que necesitan. Hacer pedidos al día ha pasado a la historia: los errores de previsión, ahora, salen caros. Unas planchas para unas cubiertas de panel sándwich, madera para un suelo o un pasamanos, piezas de fontanería... «Se che serven en dous meses e medio tes sorte. O malo é que en moitos casos nin che garanten a entrega», explican desde las empresas consultadas. «E en temas de fontanería aínda peor; aí pódese esperar ata seis ou sete meses por unha peza», sostienen. Así, cumplir plazos y presupuestos se ha complicado. Y mucho.

Un obradoiro para aprender los secretos de la albañilería

Los vestuarios del pabellón de Beiro (Valga) van a sufrir un cambio radical. Los alumnos del obradoiro de empleo en que participan los concellos de Valga y Moraña, dirigido a un rango de edad de entre 18 y 30 años, están trabajando a contrarreloj para rematar la reforma emprendida en ese espacio. Esta semana estaban dando los últimos retoques al alicatado, una de las últimas tareas de la lista de cosas que hacer. Parecen tener el tiempo justo para rematar la obra y entregarla en plazo: el curso de un año en el que han participado ocho personas está a punto de finalizar. En los meses que ha durado, han aprendido a hacer casi de todo. «O currículo é moi amplo», explica María del Carmen Vidal, la que ha sido la directora del proyecto formativo. La intención del curso era ofrecer a jóvenes que nunca habían trabajado en una obra los conocimientos básicos para poder empezar a funcionar, con cierta solvencia, en un sector que demanda manos. «Para conseguir o perfil de traballador que busca o empresario fai falla máis dun ano», matiza uno de los monitores. Pero lo cierto es que la experiencia adquirida durante los doce meses de formación ha permitido al alumnado adquirir unas habilidades básicas que, a buen seguro, serán bien apreciadas por los empresarios que se encuentran con serios problemas para encontrar trabajadores de esos que «saiban facer de todo». «Durante o curso fixemos unha visita á Fundación Laboral da Construción, onde xa lles explicaron que as empresas están moi interesadas en perfís profesionais coma os seus. Esta xente vai ter a avantaxa de que teñen un certificado de profesionalidade tanto en labores auxiliares de obras, como en fábricas de albanelería, en nivel 2». Cristian Bouzón, uno de los alumnos de este obradoiro, asegura que ha descubierto en la obra un trabajo «que me gusta. Nunca traballara disto, e agora sei facer un pouco de todo. Hoxe en día, tal e como está o tema, confío en atopar emprego», dice este valgués de 26 años. Este no es el primer taller de albañilería que se organiza en Valga y Moraña. En la última edición en la que se ofreció esta formación «había moitas mulleres. Por desgraza, as empresas seguen a discriminalas moito, e iso que traballan tan ben coma calquera».