Valga, encantos naturales en un remanso de tranquilidad

D. F.

VALGA

MARTINA MISER

Rutas de senderismo, el Camino de Santiago, miradores, petroglifos o fervenzas son algunos de sus atractivos

29 jun 2020 . Actualizado a las 13:03 h.

El de 2020 será un verano atípico en el que muchos visitantes variarán sus hábitos vacacionales. Todo indica que se impondrá la procura de un turismo seguro, en lugares tranquilos y no masificados, en contacto con la naturaleza y con la posibilidad de realizar actividades de ocio o deporte.

Y eso es, precisamente, lo que desde hace años viene ofreciendo el Concello de Valga a quienes lo visitan.

Por su tipología, su distribución poblacional, sus riquezas naturales y su privilegiada ubicación, Valga pone a disposición del visitante una propuesta turística privilegiada.

Con infinidad de espacios abiertos, tanto en el valle como en la montaña o a orillas del río Ulla, donde el visitante encontrará una desbordante riqueza natural, como la que se divisa desde los miradores del monte Xesteiras, Beiro o el del petroglifo de Pedra da Serpe, y una no menos abundante riqueza etnográfica e histórica.

Para recorrerla, el municipio cuenta con numerosas rutas de senderismo, entre ellas un tramo del Camino Portugués.

El agua

Cuenta el municipio de Valga entre sus muchos atractivos con numerosos espacios vinculados al agua. Sobresalen entre ellos las espectaculares fervenzas de Parafita y de Raxoi, en torno a las cuales discurren rutas que se pueden recorrer a pie o en bicicleta.

También destaca la laguna de Mina Mercedes, la más grande de origen no natural del conjunto de la provincia de Pontevedra. Una vieja explotación minera convertida hoy en una reserva natural con espacios para la pesca y para el ocio.

En su discurrir por el territorio de Valga, la ruta del Padre Sarmiento y la ruta Xacobea del Mar de Arousa cuentan con un rincón privilegiado que bien merece una parada y un descanso. Se trata de la playa fluvial de Vilarello, en el río Ulla, que cuenta entre sus instalaciones con una gran área recreativa.

El municipio cuenta además con otra playa fluvial, esta un poco más pequeña, ubicada en el parque Irmáns Dios Mosquera, que también cuenta con espacios deportivos y de recreo.

Los peregrinos, por su parte, disponen en Valga de un albergue, ubicado en la zona O Pino, con capacidad para 78 personas

Valga atesora, además, una notable riqueza de carácter histórico. Los primeros vestigios de ocupación humana en el entorno del Baixo Ulla datan de la Edad del Bronce (1800-600 a. d. C.), período al que pertenece el petroglifo de Camporredondo, conocido como Petroglifo das Serpes. Además, los castros de Roda do Castro (en Setecoros) y O Castro (en Cordeiro) son un testimonio de la cultura castrexa.

Excavaciones arqueológicas como Igrexa Vella o Mercado dos Mouros evidencia las huellas romanas, mientras que la arquitectura religiosa cuenta con ejemplos únicos del románico, el barroco o el estilo neoclásico llevados a un entorno rural.