Valga neutraliza la obsolescencia

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VALGA

Martina Miser

Con la ayuda de la Xunta, en el Concello funcionan tres talleres que enseñan gratis a los vecinos a reparar y reutilizar ropa, muebles e incluso máquinas que fallan

22 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Josefa Buceta trabaja por las mañanas, pero siempre que puede, los martes hace una escapada hasta el Codi de Valga. Tal día como ayer, de 10 a 12 horas, en el mismo edificio que acoge el Centro Ocupacional para personas con Discapacidad, tres monitores están preparados para ayudar a quienes hasta allí se acerquen a dar una segunda vida a la ropa que se ha quedado desfasada, a los muebles rescatados del desván o a esos pequeños electrodomésticos que, si se estropean, parecen condenados a acabar en la basura. Josefa acude una y otra vez al aula de costura, donde Emilia Ríos tiene soluciones e ideas para todo. «Isto é o mellor que podían ter feito», dice Josefa, que ya ha arreglado pantalones y chaquetas, actualizando piezas de tan buena calidad que nunca llegó a tirarlas, sino que las dejó en el fondo del armario esperando a que volviesen a ponerse de moda o a que abriese un espacio de reparación y reutilización como este.

El módulo textil, dicen en el Concello de Valga, es el que ha despertado una mayor atención entre los vecinos de esta localidad del Baixo Ulla. Allí, la ropa que llega se transforma. La que aún tiene mucho que dar de sí es retocada y adecuada a los gustos de hoy en día. «Algúns lévana de volta, outros déixana e facemos unha especie de mercadiño de intercambio», explica la monitora. Aquellas prendas que parecen haber agotado su vida también son reutilizadas: se convierten en mandilones, en bolsas para ir a la compra, en bufandas... «Eu creo que a xente quere reciclar, aproveitar as cousas», asegura Emilia. Ella presta su consejo y sus habilidades a quienes acuden hasta el taller, donde recibe también la visita de los usuarios del Codi y, a veces, de los chavales de los colegios. «Marchan encantados».

Pero el taller textil no es el único que tiene éxito. En el sótano del Codi, Juan Carlos Eiras trabajaba ayer con otra de las usuarias del centro ocupacional. Muchas veces no están solos, porque «vén bastante xente para arranxar mobles pequenos: cabeceiros das camas, mesiñas...». Suelen ser personas que no tienen ni idea de por dónde empezar para restaurar un mueble, pero con ganas de aprender y de hacer ellos mismos ese trabajo. «Explicámoslle qué pasos teñen que dar, que materiais son os máis adecuados...». A tan solo unos pasos está el taller de arreglo de pequeños electrodomésticos, hasta donde llegan vecinos con planchas, batidoras o radios que han dejado de funcionar como deberían. Y, oh, sorpresa. Esos enseres pueden tener arreglo y ese arreglo, hecho por uno mismo, sale mucho más barato que «comprar un novo».

El proyecto que se desarrolla en Valga persigue reducir los residuos, promover una forma más responsable de consumo y, en resumidas cuentas, impulsar esa economía circular que el planeta tanto necesita. La iniciativa se puso en marcha en octubre con una subvención de 18.000 euros aportada por la consellería de Medio Ambiente, cuya titular visitó ayer el centro para comprobar de primera mano si la propuesta funcionaba o no. Ángeles Vázquez sonreía satisfecha al comprobar el éxito de una iniciativa que ahora se abrirá a otras entidades, y por la que ya se han interesado alrededor se setenta colectivos: desde concellos a universidades, pasando por empresas y asociaciones. «Que Valga valga como exemplo para o resto de Galicia», bromeó la conselleira, quien quiso destacar otra de las características de la empresa puesta en marcha en este municipio del Baixo Ulla: se realiza en íntima coordinación con el Codi, por lo que se transforma, además de en una manera de reducir residuos y reutilizar los objetos que parecían condenados al basurero, en una fórmula más para la integración de los usuarios de este centro ocupacional.